El Mando de Naciones Unidas, liderado por Estados Unidos, reafirmó su autoridad sobre la Línea de Demarcación Militar (MDL) que divide las dos Coreas, rechazando cualquier modificación unilateral del trazado fronterizo y subrayando la necesidad de que cualquier diálogo al respecto tenga lugar bajo su supervisión formal.
La historia de la MDL se remonta al armisticio que puso fin a las hostilidades abiertas en 1953, tras la Guerra de Corea. Desde entonces, el Mando de Naciones Unidas ha encabezado la supervisión de este límite, responsabilidad que también se extiende a la administración de la Zona Desmilitarizada (DMZ), un espacio esencial para mantener la estabilidad en la región, especialmente en momentos de tensión.
Ante recientes iniciativas del Ejército surcoreano para revisar el trazado fronterizo y evitar incidentes con Corea del Norte, el organismo internacional emitió un comunicado donde reafirmó su compromiso con el mantenimiento del Acuerdo de Armisticio y las medidas de apoyo que evitan una escalada de conflictos.
"Desde 1953, el Mando de Naciones Unidas ha administrado con éxito la DMZ, un papel que ha sido esencial para mantener la estabilidad, especialmente en medio de períodos de intensas tensiones intercoreanas", señaló el comunicado.
La autoridad del Mando de Naciones Unidas también se extiende al Área de Seguridad Conjunta, un espacio donde representantes de Seúl y Pyongyang pueden reunirse para negociaciones, siendo el único punto de contacto directo a nivel fronterizo.
Recientemente, el gobierno surcoreano propuso formalmente al Norte mantener conversaciones militares con la finalidad de delimitar la MDL y reducir las posibilidades de enfrentamientos armados en la zona común. Sin embargo, hasta el momento, el régimen de Pyongyang no ha emitido una respuesta positiva a estos llamados.
El Mando de Naciones Unidas insistió en que cualquier revisión del trazado o medida relacionada al límite militar debe encuadrarse dentro del marco legal y los protocolos establecidos en 1953, velando porque cualquier discusión tenga lugar "bajo auspicios" de este organismo y no por voluntad unilateral de ninguna de las partes.
La reafirmación de autoridad del Mando de Naciones Unidas también incidió sobre el contexto actual, donde tanto despliegues como ejercicios militares y labores de infraestructura cerca de la frontera pueden incrementar la volatilidad. La estructura de control sobre la DMZ y la participación internacional, principalmente estadounidense, se presentan como un factor de contención en momentos donde los incidentes y desencuentros pueden derivar en escaladas difíciles de controlar.
Las partes implicadas permanecen a la espera de una respuesta del liderazgo norcoreano y de la posible apertura de nuevas rondas de contacto, mientras la vigilancia en el límite común se mantiene bajo estricta observación y aplicación de los protocolos multilateralmente acordados.

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