La violencia en las relaciones de pareja ha encontrado un nuevo blanco: los celulares. Casos como el de la artista cubano-estadounidense Gemeny Hernández, quien fue arrestada por agredir a su novia, la cantante Emily Estefan, con un teléfono móvil, son cada vez más comunes.
Según el psicólogo y sexólogo Rodolfo Rodríguez Martínez, existe una "tendencia muy marcada" en las redes sociales de "romper celulares, específicamente de las mujeres a los hombres". Esto se debe a que los dispositivos se han vuelto un "apéndice" de las personas, donde "más duele" cuando se sospecha o descubre una infidelidad.
La confianza en la pareja se ha visto erosionada por la dependencia de los celulares y las redes sociales, que ofrecen "conexiones emocionales fáciles y rápidas" que solo muestran "un fragmento curado y filtrado de la otra persona". Esto ha llevado a que las parejas se controlen, desconfíen y castiguen mutuamente, llegando incluso a la agresión física.
La psicóloga clínica Mónica Llanos Encalada advierte que no es necesario infiltrar el celular para detectar infidelidades, ya que "el rostro delata" cuando alguien está interactuando con otras personas. Esto genera "desconfianza" y "fragmentación" en la relación.
Para evitar estos problemas, los expertos recomiendan implementar acuerdos en la pareja, como dejar de lado los celulares en espacios compartidos como las comidas, y ser responsables en el uso de la virtualidad, estableciendo límites y ejerciendo autocontrol. De lo contrario, la dependencia a los dispositivos móviles puede derivar en adicciones y conductas dañinas para la relación.












