En política, existe una frontera clara entre la fiscalización responsable y la demagogia mediática. Mientras la primera se sustenta en pruebas y procesos institucionales, la segunda se alimenta del ruido y la desinformación.
Las recientes declaraciones del diputado Rafael Castillo, quien ha calificado el presupuesto de Santo Domingo Este para 2026 como un "esquema ficticio", nos obligan a contrastar su narrativa con la realidad técnica y los datos oficiales que hoy rinden cuentas ante el país.
El Veredicto del SISMAP: Los Datos no tienen Militancia
El diputado Castillo ha intentado posicionar la idea de que el ayuntamiento navega en la opacidad. Sin embargo, los indicadores del Sistema de Monitoreo de la Administración Pública (SISMAP Municipal), un órgano auditado por el Ministerio de Administración Pública (MAP) y la Unión Europea, dicen todo lo contrario.
Hasta diciembre de 2025, el Ayuntamiento de Santo Domingo Este (ASDE) no solo se mantiene en el Top 10 nacional, sino que ostenta un histórico tercer lugar en Servicios Municipales, con una puntuación de 99.60%. Hablar de esquema fraudulento negando los datos oficiales es, en esencia, cuestionar la integridad de estos organismos estatales y organismos internacionales que validan estos rankings.
Los contenedores de basura y la recuperación de espacios públicos en Los Mina no son fantasías presupuestarias ; son servicios medibles que han sacado al municipio del abandono en el que se encontraba hace años, iniciando el camino hacia un municipio más organizado y limpio.
La Contradicción Política: ¿Desconexión o Estrategia?
Uno de los puntos más reveladores en este escenario es la aprobación del Presupuesto 2026. El pasado 22 de diciembre, el Concejo de Regidores en el Ayuntamiento de Santo Domingo Este, aprobó de manera unánime con el respaldo de más del 90% de los ediles presentes la pieza de gasto para el próximo año.
La denuncia del diputado Castillo cae por su propio peso ante la realidad política del municipio. ¿Cómo es posible que el vocero de un partido llame 'ficticio' a un presupuesto que los regidores de ese mismo partido estudiaron y aprobaron con su voto? Este consenso de más del 90% del Concejo, incluyendo a la oposición, demuestra que no estamos ante un 'esquema de fraude', sino ante un plan de ciudad compartido por todos los sectores políticos y sociales, excepto por un legislador que parece buscar notoriedad a espaldas de su propia dirigencia municipal.
El Presupuesto Participativo: Empoderando a nuestros Vecinos
Castillo critica la proyección de 300 obras para 2026, calificándola de abultada. No obstante, olvida mencionar que estas obras son el resultado de un proceso democrático, consagrado en las leyes municipales 176-07 y 170-07.
En 2025 se ejecutaron 135 obras con éxito, y la meta de duplicar ese impacto responde a una eficiencia recaudatoria que hoy permite devolverle más dinero a nuestros barrios en forma de aceras, contenes, iluminación y drenaje.
Atacar el presupuesto participativo es desautorizar a las cientos de Juntas de Vecinos y líderes barriales que participaron en esas asambleas. No es un presupuesto para el alcalde; es un presupuesto para la gente que vivimos en los barrios de Los Mina, Los Tres Brazos, Katanga, Invivienda y el Ensanche Ozama, quienes hoy tenemos voz en el destino de cada peso invertido.
¿Legislador o Candidato?
La pregunta que surge de manera inevitable es: ¿Por qué el diputado Castillo prefiere el micrófono de los medios sobre las herramientas que le otorga la Constitución Como legislador? Él tiene la facultad de interpelar, solicitar auditorías a la Cámara de Cuentas o someter resoluciones de investigación. Al evitar estos canales y optar por la denuncia mediática, su discurso revela una motivación distinta a la transparencia: el proselitismo prematuro.
Parece evidente que estas declaraciones marcan el inicio de una campaña de relaciones públicas con la mira puesta en la campaña electoral del 2028. Esto nos lleva a preguntarnos, ¿es parte esto de una campaña electoral para el 2028? Si fuera cierto, entonces nos gustaría aclarar que aspirar a dirigir nuestro municipio y barrios intentando destruir su reputación institucional, que tanto nos ha costado a los vecinos aquí, es un camino peligroso. La Costa Del Faro, Santo Domingo Este, nuestros barrios, necesita líderes que sumen, no candidatos que apuesten al fracaso de su propia demarcación para ganar rédito electoral.
Ante la evidencia matemática, el discurso del diputado Castillo se diluye. Es hora de elevar el debate: Esta Costa Del Faro y los barrios que la conforman merecen una oposición que fiscalice con la ley en la mano, no que haga campaña con el ruido y el desorden.












