El 5 de abril de 1821, en plena efervescencia de las luchas por la independencia en América Latina, nació en Santo Domingo el primer periódico criollo del país: El Telégrafo Constitucional. Esta publicación semanal, fundada por el doctor Antonio María Pineda, marcó un hito en la historia de la libertad de prensa dominicana.
El Telégrafo Constitucional, que utilizaba el lema en latín "Qui consulta patrum, qui leges, juraque servat" ("el que consulta a su padre, el que guarda las leyes"), era una síntesis de decretos, órdenes de las diputaciones provinciales y los ayuntamientos, así como comunicados diversos. Su aparición, sin embargo, no estuvo exenta de dificultades.
En 1820, el gobernador español Sebastián Kindelán había publicado un edicto que imponía una "junta de censura" para perseguir a quienes violaran la libertad de prensa. Esto obligó a que El Telégrafo Constitucional fuera impreso en una máquina gubernamental, lo que limitaba considerablemente su capacidad de crítica.
A pesar de estas restricciones, el semanario logró publicar "una discreta y breve crítica de las devastaciones de los pueblos del norte de la isla, y las sindicaba como causa de haber 'hecho pulular' (comillas de Emilio Rodríguez Demorizi) la miseria", según el historiador.
Lamentablemente, la efímera existencia del Telégrafo Constitucional, que duró apenas tres meses, no le permitió consolidarse como un medio de prensa influyente en la lucha por la independencia dominicana. Sin embargo, su nacimiento marcó un importante precedente en la historia del periodismo criollo en el país.
El Telégrafo Constitucional fue comisionado por José Núñez de Cáceres para informar a Simón Bolívar sobre la creación del Estado Independiente Advenido en diciembre de 1821. Aunque su vida fue corta, este primer periódico criollo dominicano sentó las bases para el desarrollo de una prensa libre y comprometida con los ideales de libertad e independencia que caracterizaron a la República Dominicana en sus primeros años.











