Cada año, cuando llegan las fiestas de fin de año, la pirotecnia se convierte en una tradición que, si bien es celebrada por muchos, representa una verdadera pesadilla para los animales. El ruido ensordecedor y las luces deslumbrantes que acompañan a los fuegos artificiales generan miedo, estrés y, en algunos casos, incluso la muerte de perros, gatos, caballos y otras especies.
Los animales, con sus sentidos más desarrollados que los humanos, sufren de manera desproporcionada ante el impacto de la pirotecnia. El sonido de los cohetes y los petardos puede llegar a ser tan intenso que les provoca sordera temporal o permanente. Además, el miedo que les genera los lleva a escapar despavoridos, lo que los expone a sufrir accidentes, atropellos o incluso a perderse.
Según expertos, los animales domésticos son los más afectados, ya que suelen estar más cerca de los centros urbanos donde se concentra la mayor parte de la actividad pirotécnica. Los perros y gatos, en particular, experimentan altos niveles de ansiedad y estrés que pueden desencadenar reacciones violentas, como morder o arañar a sus propietarios, o incluso intentos de fuga que los lleven a sufrir graves lesiones.
Pero el impacto de la pirotecnia no se limita solo a los animales de compañía. La fauna silvestre también se ve seriamente afectada. Aves, mamíferos y reptiles que habitan en zonas cercanas a las celebraciones se ven obligados a huir de sus hogares, interrumpiendo sus ciclos de sueño, alimentación y reproducción. En algunos casos, los animales pueden morir asfixiados o aplastados al intentar escapar del ruido y las luces.
Ante esta problemática, cada vez más voces se alzan en favor de regular o incluso prohibir el uso de la pirotecnia durante las fiestas. Organizaciones protectoras de animales, veterinarios y expertos en bienestar animal han hecho un llamado a las autoridades para que implementen medidas que garanticen la seguridad y el bienestar de los animales.
Algunas alternativas propuestas incluyen el uso de espectáculos de luces sincronizados con música, o el reemplazo de los fuegos artificiales por drones y proyecciones láser, que generan un impacto sonoro y visual mucho menor. Además, se sugiere que los eventos pirotécnicos se realicen en zonas alejadas de los centros urbanos y de las áreas naturales, minimizando así el sufrimiento de los animales.
En definitiva, la pirotecnia, si bien es una tradición arraigada en muchas culturas, representa un peligro real para la vida y el bienestar de los animales. Es hora de que como sociedad nos cuestionemos si vale la pena seguir celebrando a costa del sufrimiento de seres indefensos, y busquemos alternativas más respetuosas y sostenibles.












