El debate sobre la regulación y la desregulación económica vuelve a ser un tema central en la agenda de la región, y Uruguay no es la excepción. Según el economista Juan Sánchez, en diálogo con Canal E, el error más frecuente es confundir la ausencia del Estado con una mayor competencia.
"La confusión es creer que la desregulación favorece la competencia; todo lo contrario, cuando no hay regulación se favorece la concentración", afirmó Sánchez, al analizar distintos sectores de la economía uruguaya.
El experto explicó que, por lo general, los sectores bien regulados son los que han logrado un mejor funcionamiento. "En general nadie habla de los bien regulados porque son los que han superado", sostuvo, y mencionó como ejemplos positivos la energía eléctrica, las telecomunicaciones y, en menor medida, el sector del agua, donde Uruguay avanzó con reformas estructurales.
Para ilustrar los efectos de una regulación deficiente, Sánchez utilizó el ejemplo del fútbol. "Fue un ejemplo muy gráfico de un sector mal regulado", señaló, al recordar la intervención solicitada por la FIFA para mejorar el compliance, la transparencia y la competencia en Uruguay. Ese proceso, sin embargo, tuvo resultados concretos: "Uruguay logró mejorar todas las ofertas del fútbol y pasaron de 17 o 20 millones de dólares a 67 o 70 millones", destacó el economista, al subrayar que el salto se explicó por reglas claras y competencia real.
Sánchez también recordó su experiencia en reformas del Estado en los años noventa y el aprendizaje tomado del proceso argentino. "El proceso argentino fue fuerte y valiente, nosotros fuimos más tímidos", reconoció, al comparar ambos modelos de transformación institucional.
El economista advirtió que los principales problemas actuales aparecen en sectores sin unidades reguladoras independientes. "Muchas veces los sectores mal regulados son los que no tienen unidades reguladoras", afirmó, y apuntó especialmente al transporte metropolitano, donde se intenta avanzar en reformas sin un organismo técnico autónomo.
Para Sánchez, la clave está en la institucionalidad. "Las unidades reguladoras aseguran competencia, transparencia y evitan que los grupos corporativos dominen el mercado", explicó, y aclaró que regular no significa intervenir arbitrariamente, sino crear reglas claras en beneficio del usuario.
Otro ejemplo crítico mencionado por el experto fue el sector financiero. "Eso fue algo mal regulado por el Banco Central", dijo sobre el caso de Conexión Ganadera, una estafa tipo Ponzi que alcanzó entre 500 y 800 millones de dólares. "El Banco Central se lavó las manos y ahora tenemos grandes damnificados", concluyó, alertando sobre los costos sociales de una mala regulación.
En resumen, el economista Juan Sánchez advierte que la desregulación no necesariamente favorece la competencia, sino que puede derivar en la concentración de mercados y la captura de intereses corporativos. Por el contrario, una regulación adecuada y la existencia de organismos técnicos independientes son claves para ordenar los mercados y proteger a los usuarios y consumidores.









