El piloto asturiano Fernando Alonso ha sido captado al volante de uno de los Mercedes más extremos y exclusivos jamás fabricados: el CLK GTR. Este superdeportivo, concebido originalmente como un coche de carreras, fue posteriormente homologado para circular por carretera en una tirada mínima de solo 25 unidades más una adicional.
El Mercedes-Benz CLK GTR es un verdadero icono de los años 90, cuando las marcas parecían estar "locas" al vender al público modelos prácticamente de competición. Con un diseño radical, un potente motor V12 atmosférico de 6.9 litros que rinde cerca de 600 caballos y una arquitectura basada en un monocasco de fibra de carbono, este coche sigue impresionando hoy en día con unas prestaciones sobresalientes.
Alonso, conocido por su pasión por los coches clásicos y exclusivos, ha sido visto paseando tranquilamente este CLK GTR por las calles de Mónaco, un lugar acostumbrado al lujo extremo pero donde la aparición de este Mercedes sigue siendo toda una rareza. Y no es para menos, pues se trata de uno de los Mercedes más caros del mundo, con un valor que ha superado en algunas subastas los 15 millones de euros.
Esta no es la primera vez que el piloto asturiano llama la atención por su colección de vehículos. En los últimos meses se le ha visto al volante de otros superdeportivos como un Aston Martin Valkyrie personalizado, un Ferrari F40 o un Testarossa, confirmando su giro hacia coches con más carácter y valor emocional, más allá de la última tecnología.
Ver a Alonso disfrutando tranquilamente de un icono de los 90 como el CLK GTR por las calles de Mónaco es toda una declaración de intenciones. El piloto demuestra que su pasión por los automóviles va mucho más allá de lo obvio, y que no duda en sacar a la calle verdaderas piezas de museo, sin importar su valor millonario.











