El precio de la plata ha experimentado un sorprendente aumento de aproximadamente 150% en lo que va del año 2025, alcanzando niveles récord que rondan los 75 dólares por onza. Este notable incremento se produce en medio de una creciente demanda global por este metal precioso, impulsada por su uso en diversas industrias clave, como la tecnológica y la energética.
Las razones detrás de este fenómeno son múltiples y se remontan a varios factores que han venido convergiendo en los últimos meses. Por un lado, la recuperación económica post-pandemia ha generado un aumento en la demanda industrial de plata, especialmente en sectores como la electrónica, la energía solar y la automoción, que requieren cantidades significativas de este metal para la fabricación de diversos componentes.
Adicionalmente, la creciente preocupación por la sostenibilidad y el cambio climático ha impulsado una mayor adopción de tecnologías limpias, como la energía solar, cuya expansión ha disparado la demanda de plata utilizada en los paneles fotovoltaicos. Esto, sumado a los esfuerzos de descarbonización en otros sectores, ha contribuido a elevar aún más la demanda de este metal.
Por otro lado, los problemas en las cadenas de suministro, exacerbados por la pandemia y los conflictos geopolíticos, han dificultado la extracción y distribución de la plata, lo que ha reducido la oferta disponible en el mercado. Esto, combinado con la creciente preocupación por la inflación y la búsqueda de activos refugio, ha impulsado a los inversores a refugiarse en la plata, lo que ha contribuido a aumentar aún más su precio.
Según analistas del sector, es probable que el precio de la plata se mantenga en niveles elevados en los próximos meses, a medida que la demanda siga creciendo y los problemas de oferta persistan. Esto podría tener un impacto significativo en diversos sectores que dependen de este metal, tanto a nivel industrial como en el ámbito de la inversión y la especulación.
