El deporte venezolano enfrenta un 2025 precario, marcado por la pérdida de sedes de importantes eventos internacionales como la Serie del Caribe 2026 y el clasificatorio para el Mundial de Baloncesto de 2027. Las autoridades deportivas internacionales argumentan "situaciones externas ajenas que no controlamos" para justificar estas decisiones, que implican tiempo perdido, recursos malgastados y ventajas para los competidores rivales.
Estos reveses se suman a otros golpes duros para el deporte nacional en el último año, como la eliminación de la selección de fútbol de la Vinotinto del Mundial 2026 y la derrota sorpresiva del equipo de béisbol en los Juegos Bolivarianos de Perú. Aunque hubo algunos logros aislados, como el campeonato mundial de sóftbol y las actuaciones destacadas de atletas venezolanos en el exterior, el balance general es de "desencantos" y "grandes frustraciones" para la afición y el país.
Los expertos señalan que estos problemas están vinculados a "factores del régimen" que han afectado al deporte venezolano, en un contexto de crisis política y económica que ha asfixiado al ámbito deportivo. La incertidumbre se extiende a otras competencias internacionales, como el Clásico Mundial de Béisbol, poniendo en duda la participación de Venezuela.
El artículo retrata un panorama sombrío para el deporte venezolano, que enfrenta la pérdida de oportunidades y ventajas competitivas debido a la "situación externa" que, según las autoridades, escapa a su control. Analistas apuntan al régimen como responsable de esta crisis que afecta a atletas, federaciones y aficionados.












