Las famosas "Profecías" del astrólogo francés Michel de Nostradamus, escritas en el siglo XVI, han vuelto a generar expectativa entre sus seguidores, quienes interpretan en ellas advertencias sobre posibles guerras, crisis financieras y catástrofes naturales que podrían ocurrir en el 2026.
Conocido por sus predicciones crípticas y metafóricas, Nostradamus se ha popularizado entre los amantes de la astrología por sus supuestas anticipaciones de eventos históricos, como el ataque a las Torres Gemelas o la muerte de la princesa Diana.
Según las interpretaciones más recientes de sus cuartetas, el vidente francés habría vaticinado un escenario de agitación política a nivel global para el próximo año, así como la posibilidad de un nuevo conflicto entre Oriente y Occidente.
Una de las predicciones que ha generado mayor revuelo es la que hace referencia a un "enjambre de abejas" que invadiría a la humanidad, interpretada como el anuncio de un conflicto bélico de alcance internacional, al asociarse las abejas con líderes mundiales que descenderían sobre las ciudades para imponer políticas de expansión y control.
Asimismo, se menciona una profecía vinculada al número 26 que habla sobre una ciudad que se desbordará de sangre, posiblemente refiriéndose a un conflicto europeo, "posiblemente entre vecinos, ya que Ticino limita con el norte de Italia", según las interpretaciones del Daily Mail.
Otra de las predicciones apunta a una guerra internacional que duraría al menos siete meses, con la frase "Siete meses de gran guerra, gente muerta por el mal / Rouen, Évreux, el Rey no fracasará", lo que se ha asociado con una confrontación entre grandes potencias.
Además, se advierte sobre una posible inestabilidad económica global, con referencias a "monedas corruptas" y "mercados inquietos", que podrían simbolizar una crisis financiera mundial. Incluso se menciona una alusión al avance de la inteligencia artificial en Oriente y su impacto sobre los mercados laborales occidentales.
Cabe destacar que las profecías de Nostradamus no contienen fechas exactas, sino que se interpretan según el contexto social. Por lo tanto, estas predicciones deben tomarse con cautela y ser analizadas con un espíritu crítico, ya que su carácter ambiguo y metafórico permite múltiples interpretaciones.












