El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, ha extendido una vez más el estado de excepción en el país, con el objetivo de continuar la lucha frontal contra las estructuras criminales. La Asamblea Legislativa aprobó la prórroga por 30 días adicionales, que entrará en vigencia a partir del 1 de enero de 2023 y se mantendrá hasta el 30 de enero del mismo año.
Esta medida excepcional, que ha sido implementada por el gobierno de Bukele desde marzo de 2022, le otorga a las autoridades de seguridad y justicia herramientas especiales para garantizar el orden y la tranquilidad de la población salvadoreña. Bajo este régimen, se han registrado una serie de detenciones masivas de presuntos miembros de pandillas, lo que ha generado controversia y cuestionamientos sobre posibles violaciones a los derechos humanos.
El presidente Bukele, en un mensaje con motivo de la Navidad, resaltó la importancia de estas medidas en la lucha contra la criminalidad. Según el mandatario, el estado de excepción ha permitido una reducción significativa de los homicidios y otros delitos en el país.
Sin embargo, organizaciones de derechos humanos y opositores políticos han expresado su preocupación por el impacto de estas medidas en las libertades y garantías individuales de los ciudadanos. Algunos han denunciado casos de detenciones arbitrarias, malos tratos y falta de debido proceso.
A pesar de las críticas, el gobierno de Bukele mantiene su posición de que el estado de excepción es una herramienta necesaria para combatir la violencia y la inseguridad que han afectado a El Salvador durante décadas. La prórroga aprobada por la Asamblea Legislativa demuestra el respaldo político que el presidente ha logrado para continuar con esta estrategia.
Es importante destacar que el estado de excepción en El Salvador ha sido objeto de un intenso debate nacional e internacional, con posturas encontradas sobre su efectividad y su impacto en los derechos humanos. A medida que se extiende esta medida, se espera que las autoridades mantengan un equilibrio entre la seguridad pública y el respeto a las libertades fundamentales de los ciudadanos.











