Lucena, una ciudad de la provincia de Córdoba, Argentina, ha sido testigo de una conmovedora celebración de la tradición de los Mensajeros Reales. La Peña Amigos de los Magos, una organización local, organizó un evento en el que los residentes pudieron enviar miles de cartas a estos emblemáticos personajes.
Los Mensajeros Reales, también conocidos como "pajes" o "heraldos", son figuras históricas que representan a los Reyes Magos y se encargan de recoger las cartas y peticiones de los niños antes de la llegada de la Navidad. En Lucena, esta tradición se ha mantenido viva durante generaciones, convirtiéndose en un momento especial para la comunidad.
Durante el evento organizado por la Peña Amigos de los Magos, los habitantes de Lucena acudieron en masa para entregar sus cartas a los Mensajeros Reales. Estos emblemáticos personajes, ataviados con sus trajes tradicionales, recorrieron las calles de la ciudad recibiendo las misivas de los más pequeños, quienes compartieron sus sueños, deseos y peticiones para la próxima Navidad.
"Es una tradición que nos une como comunidad y nos recuerda la magia de la Navidad", comentó María Gómez, una vecina de Lucena. "Poder entregar personalmente nuestra carta a los Mensajeros Reales es una experiencia única que atesoramos año tras año".
La Peña Amigos de los Magos, organizadora del evento, se encargó de coordinar la logística y asegurar que cada carta llegara a su destino. Los Mensajeros Reales, por su parte, se mostraron emocionados y agradecidos por la cálida acogida de los habitantes de Lucena.
"Recibir miles de cartas de los niños y niñas de Lucena es un verdadero honor", expresó Alejandro Díaz, uno de los Mensajeros Reales. "Cada una de estas misivas representa la ilusión y la esperanza de una comunidad que se une en torno a esta hermosa tradición".
La celebración de los Mensajeros Reales en Lucena es un claro ejemplo de cómo las tradiciones locales pueden convertirse en un símbolo de identidad y unión comunitaria. Año tras año, esta festividad se convierte en un momento de alegría, esperanza y conexión entre los habitantes de la ciudad, fortaleciendo los vínculos y la identidad local.












