El Ecoparque del Lago de las Garzas de Cali, Colombia, celebró recientemente un nuevo aniversario desde su creación en 1996, el cual también sirve como recordatorio de la trágica caída del vuelo 965 de American Airlines ocurrida el 20 de diciembre de 1995.
Aquel fatídico día, el vuelo que salió desde Miami, Estados Unidos, con destino a Cali, se estrelló contra el Cerro San José en el municipio de Buga, dejando un saldo de 159 víctimas fatales. Un año después, familiares de los fallecidos, entre ellos el rector de la Universidad Icesi, Esteban Piedrahíta, quien perdió a uno de sus hermanos en el accidente, decidieron impulsar la creación de este ecoparque para conmemorar a cada una de las personas que perdieron la vida.
Durante los primeros años, el parque fue impulsado por los familiares de las víctimas, quienes convirtieron un terreno abandonado en el humedal que es hoy. Gracias a la colaboración del DAGMA, la CVC y el Colegio Bolívar, el Ecoparque del Lago de las Garzas se ha mantenido y consolidado como uno de los pulmones verdes más importantes de la capital vallecaucana.
Alejandra Zamorano, bióloga de la Universidad del Valle y educadora ambiental en el parque, explica que este es un humedal dentro de la ciudad que alberga una gran biodiversidad, con una variedad de aves, anfibios y polinizadores que cautivan a los visitantes. "Esta es una forma de que las personas se desconecten de la ciudad, la tecnología y se conecten con la naturaleza de una forma sencilla y tranquila", afirma.
Con 4.7 hectáreas de extensión, el Ecoparque del Lago de las Garzas se ha convertido en un espacio ideal para el avistamiento de aves, la educación ambiental y el disfrute de la naturaleza, todo ello enmarcado en la conmemoración de aquella tragedia aérea que marcó a la ciudad de Cali hace 30 años.
