La Guardia Republicana de Uruguay se despidió de Vergan, un perro de trabajo del equipo K9 que formó parte de un momento histórico para la profesionalización del adiestramiento canino policial en el país.
Vergan no fue solo un perro de trabajo, sino que junto a su guía, el cabo Quedri Márquez, marcaron un antes y un después en el desarrollo del K9 en Uruguay. En los inicios del programa canino policial, Vergan y Márquez viajaron a Rusia para realizar un curso de alto nivel, convirtiéndose en los primeros en recibir una capacitación de esa envergadura.
Según el comunicado del sindicato de la Guardia Republicana, ese entrenamiento en Rusia "no fue simbólico: fue exigente, extremo y formativo, y colocó a Uruguay en contacto directo con una de las escuelas más avanzadas del mundo en trabajo canino policial". Lo aprendido allí se volcó luego en la formación, el servicio y la base de lo que hoy es el K9 en el país.
La relación entre Vergan y Márquez trascendió lo meramente laboral. Hubo momentos difíciles, como la separación de ambos, pero lograron reencontrarse años más tarde, demostrando que su vínculo iba más allá del servicio activo. "Ese momento resumió lo que significa el trabajo K9: confianza absoluta, compañerismo real y un lazo que va más allá del servicio activo", destacó el comunicado.
Con la partida de Vergan, el cabo Márquez y toda la Guardia Republicana rinden homenaje a este perro K9, que representa a todos aquellos que trabajaron sin reconocimiento público, cuidando a otros y siendo parte de la historia silenciosa. "Vergan pasó a otro plano, pero deja huella. En la Guardia Republicana. En el K9 uruguayo. Y en quienes saben que el honor también camina en cuatro patas", concluye el comunicado.










