Pablo Iriarte no solo es un talentoso actor de teatro y locutor, sino también un doctor en Comunicación que ha dedicado 18 años de su vida a interpretar a Santa Claus. Esta no fue una tarea que buscara, sino que llegó a él casi por casualidad, y con el paso del tiempo se convirtió en una presencia inevitable cada diciembre.
Iriarte, de 46 años, recuerda que su primera experiencia como Santa fue en 2007, cuando unos amigos que trabajaban en shows temáticos le pidieron que los acompañara. Desde entonces, ha ido perfeccionando su papel, investigando sobre el significado y la historia del personaje, y aprendiendo a adaptarse a los cambios de los tiempos y a las diferentes reacciones del público.
Una de las cosas que más ha marcado a Iriarte en su trayectoria como Santa Claus son los encuentros con niños que viven situaciones difíciles. Ha escuchado deseos desgarradores, como "ojalá mi papá compre el arbolito" o "ojalá mi hermanita se mejore", y ha tenido que mantener la compostura mientras los acompaña en momentos duros, como en hospitales. Aunque a veces se quiebra por dentro, dice que después llora y ora por ellos, pues este personaje no solo trae alegría, sino que también acompaña en los momentos de dolor.
Su formación actoral le ha brindado herramientas invaluables para improvisar, leer al público y responder con empatía en situaciones delicadas. Iriarte también ha encontrado que, a menudo, los adultos se emocionan al tener la oportunidad de vivir la magia de Santa Claus por primera vez en sus vidas.
Fuera de la temporada navideña, Iriarte se dedica a diversas actividades académicas y artísticas, como asesorar tesis, dar clases de teatro y locución, e impartir talleres en Escenarte. Pero cada diciembre, el traje rojo lo llama de vuelta, y él responde con la convicción de que Santa Claus no se queda en esa época del año, sino que se queda en uno.
