Golfinhos formam "barreira viva" para proteger humanos de tubarões

En diferentes regiones costeras del mundo, se han reportado casos de grupos de delfines que forman un "anillo" alrededor de personas en el agua cuando aparece un tiburón cerca. Este comportamiento llama la atención por parecer una especie de guardaespaldas marino, y aunque la ciencia aún no tiene una respuesta definitiva, ya existen hipótesis sólidas que explican por qué estos animales protegen a los humanos de los tiburones con tanta frecuencia.

La principal explicación científica es que los delfines no "deciden" salvar a los humanos, sino que reaccionan ante un contexto de amenaza. Cuando un tiburón se acerca, el grupo interpreta el cuerpo extraño, como un humano nadando o haciendo surf, como parte del entorno inmediato que necesita ser defendido.

Así, el comportamiento protector sería una extensión de sus estrategias naturales de defensa colectiva, utilizadas para proteger a las crías o a los miembros de su propio grupo. Este patrón ocurre con mayor frecuencia en especies altamente sociales, como el delfín nariz de botella.

Los estudios de etología marina indican que este comportamiento está relacionado con la vida en grupo, la inteligencia y la capacidad de reconocer amenazas. Estos elementos forman la base de las reacciones coordinadas contra depredadores como los tiburones.

Entre los factores más citados por los investigadores, se destacan:

- El comportamiento de los delfines es el resultado de la cooperación social, la inteligencia avanzada y la lectura constante del entorno marino.

- Los delfines viven en manadas estables y cooperativas. Cuando perciben un riesgo, actúan colectivamente para proteger a las crías y alejar a los posibles depredadores.

- La alta inteligencia les permite analizar situaciones nuevas, reconocer patrones de comportamiento y adaptar estrategias según el contexto.

- Los humanos en el agua despiertan la investigación de los delfines, que se acercan para observar, evaluar los riesgos y comprender el movimiento inusual.

- Los tiburones grandes representan un riesgo real, especialmente para las crías. En estos casos, la respuesta de los delfines tiende a ser defensiva y coordinada.

Cabe destacar que los delfines no son animales domésticos, y los acercamientos humanos pueden ser interpretados como curiosidad, invasión de espacio o amenaza para el grupo.

Los científicos han registrado casos de delfines rodeando a personas, tortugas, focas y otros delfines heridos, formando un círculo sincronizado. Esta "barrera viva" confunde al depredador y dificulta un ataque directo al objetivo central. Además de este círculo defensivo, algunos grupos recurren a acciones directas, como golpes rápidos con el hocico en el costado del tiburón, lo suficientemente fuertes como para causar dolor o desorientación. Estos movimientos se coordinan mediante sonidos agudos, chasquidos y lenguaje corporal.

No hay evidencia de que los delfines comprendan la vida humana como algo que deba preservarse de manera consciente, como lo haría una persona socorriendo a otra. Sin embargo, los estudios sugieren que reconocen a los humanos como seres vulnerables en el agua. Los investigadores discuten hipótesis como la generalización del cuidado, las experiencias positivas con los humanos y una posible empatía, ya que los delfines reconocen espejos, entienden gestos y perciben estados emocionales en otros individuos.

La vida en grupo es esencial para la supervivencia de los delfines en entornos con tiburones, orcas y otros depredadores. A lo largo de la evolución, estrategias como rodear a las crías o empujar a los individuos heridos hacia la superficie fueron favorecidas por la selección natural. En este contexto, los episodios en los que los delfines salvan a los humanos parecen ser un reflejo de este repertorio de defensa colectiva aplicado a una situación nueva, en la que el humano ocupa el lugar de un miembro frágil del grupo.