El gobierno de Venezuela denunció el "robo y secuestro" de un nuevo buque privado que transportaba petróleo venezolano en aguas internacionales, perpetrado por fuerzas militares de Estados Unidos, así como la desaparición forzada de su tripulación. Según un comunicado del canciller Yván Gil, estos actos "no quedarán impunes" y serán denunciados ante el Consejo de Seguridad de la ONU y otros organismos multilaterales.
La república bolivariana señaló que este "grave hecho de piratería" implica la comisión de delitos previstos en convenios internacionales sobre seguridad marítima y una "grosera violación" de la Carta de la ONU y otras normas de derecho internacional. Venezuela exigió al gobierno estadounidense que cese sus "medidas de presión y agresión" contra el sector petrolero nacional y sus "amenazas militares y política de chantajes".
La Casa Blanca confirmó la segunda incautación y secuestro de un buque petrolero proveniente de Venezuela, en lo que forma parte de la intención declarada del gobierno de Donald Trump de bloquear el tráfico de hidrocarburos venezolanos como medida de "chantaje" hasta que "devuelvan todo el petróleo que le han robado a Estados Unidos", sin presentar evidencias.
El presidente Nicolás Maduro ha calificado estos actos como "piratería internacional" y los ha denunciado ante el Consejo de Seguridad de la ONU, que celebrará una sesión especial para debatir este asunto el próximo 23 de diciembre. Por su parte, el canciller iraní ofreció a Venezuela "cooperación en todos los ámbitos para enfrentar la piratería y el terrorismo internacional" impuesto por Estados Unidos.
Pese a las sanciones y el bloqueo impuestos por EE.UU., la estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA) informó que ha alcanzado un récord de producción de 1,2 millones de barriles diarios, cumpliendo así la meta fijada para 2025. La vicepresidenta Delcy Rodríguez calificó este logro como "el mejor regalo de Navidad" para el pueblo venezolano.
Además, el ministro de Defensa, Vladimir Padrino, encabezó jornadas de adiestramiento y dotación de milicianos en fábricas y centros de trabajo públicos y privados, en cumplimiento de la orden de Maduro de que cada empresa debe tener un cuerpo de combatientes que garantice la defensa de la producción nacional ante una posible agresión extranjera. Padrino enfatizó que la unidad de las Fuerzas Armadas, los trabajadores y la milicia es la clave de la "resistencia venezolana" frente a los "desesperados embates" de Estados Unidos.
