Durante la Cumbre del Mercosur celebrada este sábado en Foz de Iguazú, Brasil, se registró un fuerte choque de posiciones entre el presidente de Argentina, Javier Milei, y su par brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, en torno a la crisis política y humanitaria en Venezuela.
Mientras Lula advirtió que una posible intervención militar en Venezuela sería "una catástrofe humanitaria" y "crearía un grave precedente para toda Sudamérica", Milei instó a sus socios comerciales a "secundar la presión militar que Estados Unidos ejerce contra Venezuela" y a "condenar tajantemente a este experimento autoritario".
En su discurso, el mandatario argentino reiteró su apoyo al "gran despliegue naval realizado desde septiembre pasado por Estados Unidos en aguas del Caribe", en claro respaldo a la estrategia del presidente estadounidense, Donald Trump, quien ha amenazado con una intervención armada en Venezuela.
Por el contrario, Lula se propuso como "mediador entre ambos países" y afirmó que en el mundo actual parece "más fácil construir muros que puentes". "Las verdaderas amenazas a nuestra soberanía son de otra naturaleza. Son las guerras, las fuerzas antidemocráticas y el crimen organizado", advirtió.
La posición de Milei se opone frontalmente a la visión de Lula, quien ha mantenido conversaciones telefónicas tanto con Trump como con el presidente venezolano, Nicolás Maduro, en un intento por encontrar una salida negociada a la crisis.
Brasil se negó además a aprobar el viernes una resolución ministerial propuesta por Argentina y Paraguay para condenar las violaciones a los derechos humanos en Venezuela y las amenazas a la democracia, profundizando aún más las diferencias entre los líderes de la región.
La Cumbre del Mercosur se desarrolló en un contexto de creciente tensión regional por la crisis venezolana, que amenaza con desestabilizar aún más a Sudamérica. Los mandatarios deberán definir una nueva estrategia ante el aplazamiento de la firma del acuerdo comercial entre el bloque y la Unión Europea.












