Estados Unidos ha interceptado e incautado un nuevo buque petrolero venezolano frente a las costas de Venezuela, según informes de la agencia de noticias Reuters. Este sería el segundo barco de este tipo que es incautado por las autoridades estadounidenses en la región del Caribe en medio de las crecientes tensiones geopolíticas entre ambos países.
De acuerdo a la información disponible, el incidente habría ocurrido recientemente, aunque no se han proporcionado detalles precisos sobre la fecha exacta. Lo que se sabe es que el buque interceptado transportaba cargamento de crudo venezolano, lo cual viola las sanciones impuestas por Washington a la industria petrolera del país sudamericano.
Esta no es la primera vez que Estados Unidos toma acciones de este tipo contra embarcaciones venezolanas. En mayo del año pasado, las autoridades estadounidenses también incautaron un buque cisterna que transportaba combustible desde Irán hacia Venezuela, en medio de las tensiones entre Washington y los gobiernos de Nicolás Maduro y Teherán.
Las relaciones entre Estados Unidos y Venezuela se han deteriorado significativamente en los últimos años, especialmente desde que el gobierno de Donald Trump endureciera las sanciones económicas y la presión diplomática contra el régimen de Maduro. Washington acusa al gobierno venezolano de violar los derechos humanos y socavar la democracia en el país.
Por su parte, el gobierno de Nicolás Maduro ha denunciado reiteradamente lo que considera una "campaña de acoso" por parte de Estados Unidos, incluyendo el despliegue de buques de guerra y aviones militares en aguas y espacio aéreo del Caribe. Maduro asegura que estas acciones forman parte de un plan para una eventual intervención militar en Venezuela.
Analistas consideran que estos incidentes en el mar reflejan el recrudecimiento de la confrontación geopolítica entre Washington y Caracas, en un contexto de crisis económica y política en Venezuela. La incautación de buques petroleros es vista como un mecanismo de presión económica por parte de Estados Unidos para debilitar al gobierno de Maduro.
Hasta el momento, ni el gobierno estadounidense ni las autoridades venezolanas se han pronunciado oficialmente sobre este último episodio. Sin embargo, es de esperar que las tensiones y los roces diplomáticos entre ambos países continúen escalando en los próximos meses.
