Durante los años de crisis económica y social que vivió Panamá en la década de 1980, los clubes cívicos del país jugaron un papel fundamental en la promoción y el fortalecimiento de los valores cívicos y morales. En medio de la arbitrariedad y los abusos del régimen militar, estas organizaciones se unieron para lanzar una campaña masiva a través de los medios de comunicación con el lema "Despertando la conciencia nacional".
La campaña, impulsada por clubes como Rotario, Club de Leones, Club Activo 20-30, Cámara Junior, Kiwanis, Cruz Blanca y Soroptimista, buscaba reafirmar principios como la justicia, el patriotismo, la honradez y la ética. Ante la suspensión de derechos ciudadanos y las violaciones a los derechos humanos, estos clubes emitieron repetidos comunicados exigiendo la restitución de las libertades y denunciando los abusos de la dictadura.
Solidarizados con la Iglesia católica y otros sectores de la sociedad civil, el 4 de septiembre de 1987 los clubes cívicos lideraron una gran marcha que, según estimaciones, congregó a más de 10 mil personas en defensa de los valores morales.
Con el retorno de la democracia, si bien se han logrado avances, los clubes advierten que aún persiste un "trastoque de principios" en el que el "juega vivo y el amiguismo" amenazan a la educación, el trabajo honrado y la ética. Por ello, consideran que la promoción de los valores cívicos y morales sigue siendo una tarea inconclusa, necesaria para evitar que las futuras generaciones repitan los errores del pasado.
La labor realizada por estos clubes cívicos durante la crisis de los 80 evidencia su compromiso con la sociedad y su capacidad de movilización en defensa de principios fundamentales. Su legado y su llamado a continuar fortaleciendo la conciencia moral del país siguen siendo relevantes en la actualidad.












