La Fórmula 1 se encamina hacia un 2026 lleno de violentas polémicas sobre las nuevas unidades de potencia. Mientras los motores permanecen en silencio en los bancos de pruebas, ya se acumulan las discusiones sobre las normas que regirán esta revolución reglamentaria.
Con los ágiles monoplazas del futuro, nada será como antes, así que preparémonos para las inevitables disputas que se desatarán sobre quienes habrán interpretado las posibles zonas grises con un poco de creatividad e imaginación, buscando el máximo rendimiento.
El primer petardo ya ha estallado: Mercedes (y Red Bull Powertrains) habrían sido acusados de haber encontrado la manera de aumentar la relación de compresión más allá del límite de 16,0 estipulado por el nuevo reglamento. Hasta ahora, el valor tolerado era de 18,0.
La relación de compresión es un parámetro clave de los motores de combustión, que indica cuántas veces se comprime el volumen dentro del cilindro antes de la combustión. Cuanto mayor sea la relación, mayor será la eficiencia del motor, aunque también aumentan los riesgos de detonación, lo que puede tener efectos muy negativos sobre la fiabilidad.
Según algunos detractores, Mercedes y Red Bull habrían descubierto que es posible aumentar la relación de compresión hasta 18,0 en condiciones de calor, gracias a la dilatación de los materiales. Sin embargo, la FIA ha aclarado que el reglamento actual define el método de medición basado en condiciones estáticas a temperatura ambiente, sin prever la posibilidad de realizar mediciones a altas temperaturas.
Esto recuerda a la polémica de las alas flexibles en 2025, cuando perfiles que cumplían con las comprobaciones estáticas se deformaban de forma programada al variar la carga. En los motores, la variación geométrica sólo puede producirse en caliente, por lo que lo más probable es que el caso se archive.
Pero el tema esconde quizás otra cuestión mucho más delicada: la FIA ha cambiado la forma de medir el consumo de combustible. Hasta ahora se comprobaba a través del caudalímetro que el caudal de gasolina nunca superara los 100 kg/h, mientras que a partir de 2026 se tendrá en cuenta el caudal de energía.
Esto significa que si un fabricante puede producir una gasolina más densa energéticamente, podrá poner un producto más competitivo en su coche con menos peso. Aquí es donde cobran importancia los combustibles de impacto medioambiental cero, como los e-fuels, que abren la puerta a una reevaluación de los motores de combustión interna en la industria del automóvil.
Pero esta nueva frontera de investigación también deja un amplio campo para la experimentación, ya que los aditivos que pueden utilizarse como antidetonantes serán diferentes a los conocidos hasta ahora. Una subestimación involuntaria en la calibración de la gasolina podría dar lugar a grandes diferencias de rendimiento entre los equipos.
Sobre esta cuestión, la Fórmula 1 solo está al principio de una nueva historia llena de polémicas y disputas reglamentarias.
