El noreste de Estados Unidos se vio sorprendido por un drástico descenso de temperaturas este fin de semana, luego de una semana de calor récord que afectó a gran parte del país.
Según informes de Fox Weather, durante la noche del viernes se produjo un "congelamiento repentino" que hizo caer rápidamente los termómetros en la región. En varias zonas, las temperaturas llegaron a ubicarse entre los 10 y 20 grados Fahrenheit (entre -12 y -6 grados Celsius).
Al amanecer del sábado, ciudades como Nueva York y Boston registraban temperaturas cercanas al punto de congelación, un marcado contraste con los días anteriores, que habían sido mucho más cálidos de lo normal.
Este brusco cambio climático se explica por la forma en que se están moviendo las grandes masas de aire y las corrientes atmosféricas sobre Estados Unidos. Mientras que en el noroeste y oeste del país una corriente de aire cálido proveniente del Pacífico elevó las temperaturas muy por encima de lo habitual, en el este y noreste ocurrió lo opuesto.
Un descenso de aire polar desde Canadá se desplazó rápidamente hacia el sur, provocando la abrupta caída térmica y el fenómeno conocido como "congelamiento repentino", en el que la temperatura baja muy rápido y las superficies aún mojadas se congelan, complicando los traslados.
La clave está en la corriente en chorro (jet stream), una franja de vientos muy fuertes en la atmósfera. Cuando esta corriente se ondula, permite que el aire cálido suba hacia unas regiones mientras empuja aire frío hacia otras, dando lugar a situaciones climáticas extremas en diferentes partes del país, incluso durante el mismo día.
Antes de este descenso marcado, más de diez localidades, principalmente en Nueva Inglaterra, habían alcanzado temperaturas récord. Ciudades como Burlington, en Vermont, y Albany, en Nueva York, superaron marcas históricas que llevaban más de 130 años vigentes.
Si bien se espera que por la tarde las temperaturas se recuperen y vuelvan a ubicarse en torno a los 30 grados Fahrenheit (alrededor de 0 grados Celsius), el comienzo de diciembre ha sido especialmente frío en casi todo el tercio oriental de Estados Unidos, con temperaturas por debajo del promedio habitual para esta época del año.
