Lautaro Iván Gómez (20) era más que una víctima fatal de un robo. El joven fue testigo indirecto de un golpe frustrado por una banda que simulaba ser policía.
Era el 26 de octubre cuando Lautaro estacionó frente a la casa de una chica en Llavallol, Lomas de Zamora. De pronto, observó un auto acercarse a gran velocidad. Asustado, intentó acelerar, pero chocó contra un poste. Fue entonces cuando los delincuentes, que se movilizaban en una camioneta Chevrolet Tracker oscura, descendieron armados y le apuntaron. Lautaro corrió, nervioso, y lo mataron de un disparo en la cabeza.
Según la acusación, la banda pretendía llevar a cabo "un allanamiento ilegal simulando ser policías para cometer un robo" en una casa vecina a la de la chica con la que Lautaro iba a encontrarse. Sin embargo, al ver el Volkswagen Gol rojo del joven, lo asaltaron.
La investigación, a cargo de la DDI Lomas de Zamora y el fiscal Alberto Silvestrini, permitió identificar a los seis autores materiales del crimen. Cuatro de ellos fueron detenidos horas después, cuando circulaban en la misma camioneta utilizada en el hecho.
Lautaro era un joven trabajador, querido por su familia y amigos. Cuidaba caballos y ayudaba a su madre, ya que su padre vive en Corrientes. Su trágica muerte dejó un vacío imposible de llenar. Ahora, sus seres queridos claman por justicia, exigiendo que los responsables "se pudran en la cárcel" por este crimen.












