La tendencia del "desayuno all day" se afianza en Buenos Aires, con propuestas que ofrecen platos típicos de la mañana a lo largo de todo el día. Desde clásicos estadounidenses como pancakes y huevos revueltos hasta opciones más locales como el chipá, estos espacios crean una experiencia relajada y sin apuros, donde el desayuno se convierte en un estado de ánimo más que en un horario.
Nicky Cheese, Jay's, Surry Hills Coffee, Barragán y Ávito son algunos de los lugares que lideran esta revolución gastronómica, apostando por una cocina versátil y una ambientación que invita a disfrutar en cualquier momento.
En Nicky Cheese, por ejemplo, el plato estrella es el "American Breakfast", con huevos revueltos, panceta, tostadas o pancakes y acompañamientos. "Funciona a cualquier hora porque tiene ese costado de 'comfort food' que abraza y reconforta", explican sus creadores. La estética de diner y la música crean un clima que "habilita una pausa" sin importar el horario.
Por su parte, en Jay's la idea fue "traer el concepto tal como es" del clásico diner estadounidense, donde se sirve desayuno todo el día. Los pancakes, waffles y los combos completos como el "Upper West Side" son los platos más elegidos, tanto para desayuno como para merienda o incluso postre.
En Surry Hills Coffee, en tanto, la inspiración proviene de Australia, donde el concepto de "all-day breakfast" o "brekkie" es una tradición arraigada. Aquí ofrecen platos típicos como el avocado toast, el bacon and egg roll y los eggs benny, que funcionan a cualquier hora gracias a la calidad de los ingredientes y la consistencia de la cocina.
Barragán, por su parte, fusiona la pastelería artesanal con la cocina callejera mexicana, logrando una carta que se mantiene igual durante todo el día. Desde el chipá y los huevos revueltos para el desayuno, hasta los tacos de alambre y las quesadillas al mediodía, pasando por el tostón de palta a la tarde.
Finalmente, en Watson's y Ávito la flexibilidad es la clave. En Watson's, el avocado toast se convirtió en un éxito transversal, ya que se puede personalizar según los gustos de cada comensal. Mientras que en Ávito, la carta está organizada en secciones de pastelería, huevos y algo más, y panes, permitiendo combinar elementos a lo largo del día.
Más allá de los platos, estos espacios comparten una ambientación cálida y relajada que invita a "perder la noción del tiempo", como definen en Barragán. El desayuno dejó de ser un horario para convertirse en un estado de ánimo que conquista cada vez más a los porteños.












