La desaparición y muerte de cuatro niños a manos de las autoridades en Ecuador ha generado un profundo cuestionamiento sobre los límites del poder estatal y la necesidad de un equilibrio entre seguridad y respeto a los derechos humanos.
El trágico caso, conocido como los "Cuatro de Las Malvinas", ha puesto en evidencia los peligros de entregarle al Estado un cheque en blanco para actuar con "mano dura" sin exigirle rendición de cuentas. La historia de Nehemías, Steven, Ismael y Josué, jóvenes con vidas por delante, nos obliga a reflexionar sobre los valores que debemos defender al buscar mayor seguridad.
Tal como advirtiera el filósofo Thomas Hobbes, el ser humano tiende a la violencia y al egoísmo cuando se le deja librado a su propia naturaleza. Por eso, Hobbes planteaba la necesidad de un Estado fuerte, indivisible y capaz de imponer el orden por la fuerza, a lo que llamó el "Leviatán". Sin embargo, la trágica muerte de los cuatro niños demuestra que cuando se desencadena al Leviatán sin límites, este se convierte en una amenaza para todos, no solo para los "malos".
Ecuador vive hoy una ola de violencia e inseguridad que ha llevado a muchos a añorar un Estado más firme que ponga fin al caos. Pero el caso de los "Cuatro de Las Malvinas" deja en claro que la seguridad que vale la pena defender es aquella que respeta la vida, sanciona los abusos y construye confianza entre la ciudadanía y sus instituciones.
Más allá de la retórica de "mano dura", Ecuador necesita un Estado que garantice la paz sin sacrificar los valores que nos hacen humanos. Solo así podremos construir el país seguro y justo que todos anhelamos.












