Tiger Woods, una de las leyendas del golf, se encuentra en un momento clave de su carrera. Si bien se acerca a los 50 años y enfrenta dudas sobre su futuro deportivo por las lesiones, su faceta como ejecutivo y empresario se ha convertido en el centro de atención.
Recientemente designado presidente del nuevo Comité de Competición Futura del PGA Tour, Woods tiene ante sí el desafío de diseñar un circuito más valioso y competitivo para hacer frente al rival financiado por el Fondo de Inversión Pública de Arabia Saudí, el LIV Golf.
La autoridad de Woods como símbolo de este deporte, así como su éxito empresarial, que lo ha convertido en uno de los pocos deportistas en amasar una fortuna de más de 1.000 millones de dólares, lo respaldan en esta nueva etapa.
El golfista está a la cabeza de un grupo de trabajo que busca mejorar un producto que ha perdido varios de sus principales activos, como Jon Rahm, Phil Mickelson o Dustin Johnson, quienes se han unido al LIV Golf desde su creación en 2022.
La aparición inesperada de este nuevo circuito y la posterior fuga de talento obligaron al PGA Tour a reestructurarse empresarialmente. El proceso comenzó con la creación de PGA Tour Enterprises, una nueva entidad comercial respaldada por una inversión de 1.500 millones de dólares del consorcio estadounidense Strategic Sports Group (SSG).
Este acuerdo convirtió a las estrellas del circuito en accionistas directos del negocio, siguiendo el modelo de "propiedad del atleta" que el propio Woods ya puso en práctica en sus negocios.
El objetivo para recuperar el interés de los aficionados pasa por una profunda reorganización del calendario. Aunque los eventos del próximo año ya fueron anunciados, se espera que el gran cambio ocurra en 2027.
"Estamos trabajando con todos nuestros socios para crear el mejor calendario y producto para entregar todo eso en el 2027", dijo Tiger Woods.
Algunas de las ideas que se barajan incluyen comenzar la temporada a partir de febrero, para evitar competir por la audiencia con la NFL, o reducir el número de eventos anuales -sin contar los 4 Majors- a una veintena, tal como indicó en noviembre el golfista estadounidense Harris English.
En medio de esta reestructuración, el Tiger Woods deportista se mantiene en un segundo plano, lastrado por las lesiones. Su última aparición en un torneo profesional fue en el Abierto Británico de 2024, disputado en julio del año pasado.
Desde entonces, el golfista ha encadenado varias intervenciones quirúrgicas, primero en su espalda en septiembre de 2024, luego con la rotura del tendón de Aquiles izquierdo en marzo y, más recientemente, otra cirugía para reemplazar el disco lumbar en octubre.
Durante el Hero World Challenge, en el que no pudo participar, Woods aseguró que su recuperación avanza más lenta de lo deseado y dijo que está muy lejos de saber cuál será su futuro para 2026.
Este periodo de inactividad le ha proporcionado tiempo para centrarse en su faceta empresarial, que se encuentra bajo el paraguas de TGR Ventures: el centro de operaciones del imperio empresarial de Tiger Woods.
Las inversiones principales de esta empresa incluyen el diseño de campos de golf, la organización y promoción de torneos, así como la gestión de otras inversiones como cadenas de restaurantes.
Woods también es cofundador junto al golfista Rory Mcllroy de TMRW Sports, un "holding" empresarial valorado en alrededor de 500 millones de dólares que está detrás de la "Technology Golf League", una nueva liga de golf por equipos que combina la acción en vivo con tecnología de simulación.
Uno de los últimos saltos empresariales de Woods ocurrió en enero de 2024, cuando rompió una vinculación de 27 años con Nike. Decidió entonces lanzar su propia marca de ropa: Sun Day Red.
Creada al mes de su ruptura con Nike, quien durante décadas tuvo al golfista como uno de sus máximos exponentes, Sun Day Red lanzó su primera colección ese mismo mayo y supuso la transición del atleta patrocinado a propietario de su marca.












