Juan Luis Landaeta es un artista multidisciplinario venezolano que ha logrado combinar con maestría la pintura, la literatura y el activismo en una obra que refleja la complejidad y la tensión de nuestros tiempos. Partiendo de una abstracción geométrica inicial, su trabajo ha ido evolucionando hacia la figuración, con la aparición de siluetas y presencias humanas que cargan de contenido emocional y social sus creaciones.
Landaeta, nacido en Caracas en 1988 y residente en Nueva York desde hace varios años, explica que su relación con el color ha sido determinante en este proceso creativo. "Tiendo a la abstracción, pero últimamente el color me fascina porque no puedo controlarlo. La elección de las paletas es completamente intuitiva, y luego se justifica de una manera inexplicable", comenta el artista.
Esa búsqueda de la expresión a través del color se combina con una creciente presencia de figuras humanas en su obra, que el propio Landaeta describe como "siluetas, memorias de cuerpos" que flotan en campos de color cargados de tensión y emoción. "Me interesa esa zona ambigua donde una figura no es del todo clara, pero ya no es abstracta. Donde una sombra puede ser una espalda, un perfil, una amenaza o una caricia. Esa ambig edad me permite decir cosas sin tener que afirmarlas. Me permite sugerir", explica.
Esa "tensión sutil" que aparece en sus obras recientes no es gratuita ni decorativa, sino que es una manera de traducir el impacto del entorno, de las noticias, del ruido, de los cuerpos vulnerables. "No es un grito, pero tampoco es silencio. Es una especie de tensión que se instala en el trazo, en los contornos, en el color de fondo. Una tensión que no interrumpe la belleza, pero que la desafía", afirma Landaeta.
Más allá de la exploración formal, la obra de Landaeta se construye en capas que incluyen una reacción emocional, una intuición estética y una crítica silenciosa. "No represento lo que veo, sino lo que percibo. Y en ese tránsito entre percepción y forma aparece mi lenguaje", señala el artista.
Esta combinación de disciplinas y de miradas, que se refleja en una obra que "no busca explicar nada, pero que deja pistas", ha llevado a Landaeta a convertirse en una voz relevante en el panorama artístico internacional. Con exposiciones individuales en ciudades como Brooklyn, Washington D.C. y Chicago, el artista venezolano ha logrado consolidar un lenguaje visual propio que dialoga con los conflictos y las tensiones de nuestro tiempo.












