Ailén Lascano Micaz, una nadadora de aguas abiertas de Viedma, Río Negro, se convirtió en la primera argentina en completar la Triple Corona de Aguas Abiertas, una hazaña que la posicionó dentro del deporte extremo. Pero su objetivo ahora es aún más ambicioso: conquistar la Antártida.
Desde los 8 años, Lascano Micaz encontró en la natación mucho más que un pasatiempo. Inició un camino de entrenamiento constante y disciplina, enfocado en superarse día a día y en llevar su cuerpo y su mente a nuevos límites. Ese vínculo con el agua viene de origen, pues creció con el río al lado y el mar a pocos kilómetros.
La pileta le resultó limitada y fue en las aguas abiertas donde encontró su verdadera pasión. En 2017 descubrió la natación en aguas heladas, entre 0 y 5 , lo que le permitió romper el límite estacional y entrenar sin depender del verano. Empezó a competir sin protección térmica y a sumar desafíos de larga distancia.
Fue así como se convirtió en la primera argentina en completar la Triple Corona de Aguas Abiertas, que incluye el cruce del Canal de la Mancha, el Canal de Catalina y el circuito alrededor de Manhattan. Un logro que definió como una mezcla de felicidad y orgullo por llevar la bandera a escenarios extremos.
Entre sus pruebas más exigentes se destaca el cruce del lago más grande de Alemania: 64 kilómetros en 23 horas y 49 minutos. En competencias sobre hielo, el mayor impacto llega al salir del agua, cuando el cuerpo "despierta" del entumecimiento y aparecen temblores intensos.
Pero Lascano Micaz mira hacia adelante y sueña con competir en el Mundial de Natación de Invierno en Finlandia y completar una milla helada en cada continente, siendo la Antártida el próximo desafío. También planea ir más allá en nados de ultraresistencia, superando las casi 24 horas que ya logró.
Para ella, el agua es más que un escenario deportivo: es un espacio de conexión y transformación. "Entro y salgo distinta, mejor. El límite suele estar en la cabeza; a veces creemos que no damos más y podemos mucho más", reflexiona. Ese impulso de crecer, desafiarse y atravesar lo difícil es el motor que la mantiene nadando.
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