En un contexto de envejecimiento poblacional y migración masiva en Venezuela, surge el Club Tobías, una iniciativa que ofrece a los adultos mayores un espacio de encuentro, baile y conexión social. Liderada por Sandra Pedraza, una consultora gerencial que decidió no retirarse pasivamente, el club ha logrado expandirse a 16 sedes en centros comerciales de Caracas, convirtiéndose en un refugio de alegría y vitalidad para una generación que a menudo es relegada.
La historia del Club Tobías comienza con la propia experiencia de Pedraza, quien tras la pérdida de su esposo, se enfrentó a la soledad y el aislamiento. Consciente de la importancia del vínculo social para la salud física y emocional, Pedraza comenzó a organizar reuniones informales en centros comerciales, donde la música en vivo del maestro Ignacio Navarro sirvió como catalizador.
Estas primeras reuniones fueron el germen de una estructura organizada que hoy cuenta con más de 85.000 seguidores digitales y una base de datos de 2.500 inscritos activos. El Club Tobías no se limita al entretenimiento, sino que aborda la salud de manera integral, entendiendo el baile como una terapia neurocognitiva que fomenta la neuroplasticidad y ayuda a prevenir el deterioro cognitivo.
Más allá de la diversión, el club también cumple una función social y económica. A través de alianzas estratégicas con centros comerciales, el club ofrece a los adultos mayores un espacio seguro y accesible, mientras que los centros comerciales se benefician del aumento de tráfico y consumo en horarios y días valle.
Los participantes del Club Tobías, como Filomena, Olga y Edgar, son testigos de una transformación física y emocional. "Llegan jorobados y salen con nueva postura; gente con ojos tristes que termina sonriendo", describe José Rafael Quintana, cofundador del proyecto.
En una sociedad que a menudo relega a los adultos mayores, el Club Tobías se erige como un refugio de alegría y conexión, donde esta generación que construyó la Venezuela moderna se niega al olvido y demuestra que su experiencia, capacidad de consumo y voluntad de ser felices son activos valiosos para el país.
