El Núcleo Milenio de Galaxias (MINGAL) ha realizado una importante investigación que revela la estructura de la llamada "telaraña cósmica", una gigantesca red de filamentos y vacíos que organiza la materia del universo. Este hallazgo aporta nuevas claves para entender la estructura a gran escala del cosmos.
Los astrónomos chilenos lograron confirmar observacionalmente la existencia de estos filamentos cósmicos, que funcionan como verdaderas "autopistas de materia", permitiendo el crecimiento de los cúmulos de galaxias a lo largo del tiempo. En los puntos donde los filamentos se cruzan se ubican los cúmulos de galaxias, que crecen atrayendo gas, materia oscura y otras galaxias desde las estructuras vecinas.
El equipo de investigación, liderado por Raúl Baier y Yara Jaffé, comprobó una correlación directa entre la elongación de los cúmulos de galaxias y la inclinación de los filamentos que los conectan, lo que respalda el escenario teórico en el que estos filamentos son las principales vías de acreción de materia.
"Nuestros resultados confirman que los filamentos son las rutas dominantes por las que fluye la materia hacia los cúmulos", explica Baier, destacando la importancia de este hallazgo para comprender cómo se organiza y evoluciona el universo.
El estudio, desarrollado en el marco del survey CHANCES (Chilean Cluster Galaxy Evolution Survey), combinó imágenes ópticas del Legacy Survey con observaciones en rayos X del telescopio espacial eROSITA, lo que permitió detectar y caracterizar los cúmulos de galaxias. Para identificar los filamentos cósmicos se utilizó la técnica DisPerSE, mientras que la inclinación de estas estructuras se determinó mediante el modelo probabilístico Probabilistic Hough Transform.
"Este trabajo aporta evidencia observacional clave sobre cómo se estructura y fluye la materia en el universo", señala Baier, subrayando su valor para conectar teoría, observación y simulación. El siguiente desafío será comparar estos resultados con simulaciones cosmológicas, con el fin de comprender en mayor detalle los procesos físicos que gobiernan la formación de cúmulos y su relación con la red cósmica.
"Buscamos conectar observación, teoría y computación para entender cómo se estructura el universo a gran escala", concluye Baier.












