República Dominicana enfrenta una crisis de salud pública relacionada con la seguridad ocupacional que va mucho más allá de las cifras oficiales. Según expertos del sector, los datos reportados representan apenas la punta de un iceberg, ya que el subregistro de accidentes laborales es generalizado, especialmente en la economía informal y entre trabajadores independientes.
Los números revelan una situación preocupante: en 2024 se reportaron oficialmente 50,234 accidentes laborales, pero la cifra real probablemente duplica o triplica esa cantidad. Los especialistas en prevención de riesgos advierten que muchos trabajadores, por temor a perder su salario, regresan a casa por su cuenta sin reportar lesiones, mientras que empresarios de la economía informal admiten que jamás han notificado un accidente "para no complicar las cosas".
Este subregistro deliberado oculta una crisis de salud pública de enormes proporciones. Los datos disponibles ya son escalofriantes: el 40% de los accidentes laborales involucran incidentes de tránsito, y en 2024 los accidentes "en el trayecto" representaron el 65% del total. Esto evidencia que el mayor riesgo para los trabajadores dominicanos no se encuentra dentro de las instalaciones empresariales, sino en las calles caóticas del país.
Los jóvenes entre 20 y 39 años son los más afectados, representando el 65% de los accidentados, y el 63% son hombres, muchos de ellos sostenes de familia que trabajan en sectores de alta movilidad como el comercio, las entregas y los servicios. Expertos señalan que estos trabajadores, presionados por la precariedad laboral, asumen riesgos que ningún protocolo de seguridad debería permitir.
La industria de transformación lidera con 21.4% de los casos, pero el sector salud ocupa el segundo lugar con 8% de los accidentes, reflejando cómo médicos, enfermeras y personal sanitario, agotados por jornadas extenuantes y traslados constantes, se convierten en conductores de alto riesgo.
Los expertos coinciden en que el país necesita redefinir completamente su estrategia de prevención de riesgos laborales, dejando de concentrar todos los esfuerzos en la seguridad dentro de las instalaciones y enfocándose también en la movilidad segura de los trabajadores, los horarios laborales y el reconocimiento de la magnitud real del problema. De lo contrario, las víctimas seguirán contándose en lugar de prevenirse las tragedias.










