El ataque del domingo en la playa Bondi de Sídney, Australia, fue más que una cifra: fue la interrupción violenta de una celebración familiar y religiosa, el primer día de Hanukkah. Entre los fallecidos, confirmados por las autoridades, hay una niña de 10 años, dos rabinos, un sobreviviente del Holocausto y un ex oficial de policía. Sus historias, que comienzan a conocerse a través de familiares y organizaciones, dibujan un panorama de vidas diversas unidas por la tragedia y actos de valor.
Boris, de 69 años, y Sofia Gurman, de 61, llevaban 34 años casados. Un video del tablero de un vehículo ampliamente difundido muestra a Boris forcejeando con uno de los presuntos tiradores, quitándole el arma. La familia emitió un comunicado destacando que ese acto "resume quiénes eran Boris y Sofia: personas que instintiva y desinteresadamente intentaron ayudar a otros". Iban a celebrar su 35 aniversario de bodas en enero.
Matilda, de 10 años, era la primera hija de su familia nacida en Australia después de que emigraran desde Ucrania. Su antigua maestra la describió como "una niña brillante, alegre y enérgica que traía luz a todos los que la rodeaban". Su madre, en una vigilia, fue directa: el presunto tirador "simplemente apretó el gatillo contra ella... no fue una bala perdida, no fue un accidente".
Eli Schlanger, de 41 años y nacido en el Reino Unido, era conocido como el "Rabino de Bondi". Padre de cinco hijos, su primo lo definió como "el ser humano más piadoso, humano, amable y bondadoso que creo haber conocido".
Alexander Kleytman era un sobreviviente del Holocausto que llegó a Australia desde Ucrania. Su esposa, Larisa, también sobreviviente, relató que él "empujó su cuerpo porque quería estar cerca de mí". La organización Chabad escribió que Alexander "murió protegiéndola de las balas del tirador".
Peter Meagher, conocido como "Marzo", era un ex oficial de policía con casi cuatro décadas de servicio. En el momento del ataque trabajaba como fotógrafo freelance en el evento de Hanukkah. Su club de rugby destacó la ironía: "Pasó tanto tiempo en la peligrosa línea frontal como oficial de policía y fue abatido en su retiro mientras tomaba fotos".
Medios internacionales y de Australia han informado que no todas las víctimas han sido identificadas para preservar la privacidad de las familias que eligen no brindar información pública sobre la pérdida de sus seres queridos.
El ataque, el tiroteo masivo más mortífero en Australia desde 1996, fue dirigido específicamente a la comunidad judía. El sospechoso sobreviviente, Naveed Akram de 24 años, ha sido acusado de 59 delitos, incluyendo 15 cargos de asesinato y uno de cometer un acto terrorista. Su padre, Sajid Akram de 50 años, fue abatido en un intercambio de disparos con la policía en la escena.











