La brutal masacre de 15 judíos que celebraban la fiesta de Hanuká en Sídney, Australia, ha conmocionado a la comunidad internacional y reavivado el debate sobre el auge del antisemitismo y el extremismo de derecha a nivel global.
Según los expertos, este ataque puede verse como una prolongación de los actos de violencia perpetrados por el grupo terrorista Hamás en las fronteras de Israel, pero también como un reflejo del creciente clima de intolerancia y odio que se ha extendido en diferentes partes del mundo.
"Hemos vuelto a la era del fanatismo, la intolerancia y el odio, como la vimos en Europa entre finales del siglo XIX y 1945. Los judíos no son sus únicas víctimas, también hay islamofobia y otros odios cruzados de tipo religioso, racial y nacional", señala el analista político y escritor, quien ha sido condecorado con la Orden de las Artes y las Letras de Francia.
El experto agrega que el actual gobierno de extrema derecha en Israel, liderado por Benjamín Netanyahu, ha sido un elemento clave en el desarrollo de esta situación, ya que su conducta en Gaza desde 2024 ha generado una creciente distancia moral entre el sionismo y el judaísmo de la diáspora.
"Antes de la masacre de Gaza, el antisemitismo a muchos les parecía absurdo, pero las imágenes del pueblo palestino aplastado en esa ciudad les ha dado a ese odio un sentido de toma de partido por una Palestina débil. Esa es parte de las ganancias de los criminales de Hamás, cuyos planes seguramente incluían una reacción desmedida", explica el analista.
En este contexto, el economista Jeffrey Sachs, en una carta abierta al canciller israelí Gideon Saar, le recuerda que "la gran amenaza a la supervivencia de Israel no está en los países árabes, los palestinos o Irán, sino en las políticas del gobierno extremista de Israel".
Frente a este panorama, los expertos coinciden en que la lucha contra el racismo, en todas sus manifestaciones, es fundamental para hacer frente a este preocupante auge del antisemitismo y el extremismo de derecha a nivel global.
