La exclusiva isla de Mocolí, en la costa ecuatoriana, atraviesa una crisis de abastecimiento de agua que pone en jaque el estilo de vida de sus residentes de alto poder adquisitivo. A pesar de los altos precios de las propiedades, que superan los $600 por metro cuadrado, los cortes de agua se han vuelto una "nueva normalidad" en la zona, obligando a los habitantes a invertir en generadores eléctricos y cisternas para garantizar el suministro básico.
Según relatan los propios residentes, la falta de agua es un problema estructural que se agrava con el crecimiento constante de la zona. La empresa encargada del servicio, Amagua, ha sido señalada como responsable por no brindar una solución definitiva a pesar de los reclamos de los vecinos.
La situación evidencia la paradoja de vivir en uno de los sectores más exclusivos de la costa ecuatoriana, donde la plusvalía inmobiliaria no se traduce en servicios públicos de calidad. Los habitantes se ven obligados a tomar medidas de emergencia, como almacenar agua y depender de generadores eléctricos, para hacer frente a los cortes que pueden durar hasta tres días.
Expertos advierten que, además de la inversión en bienes raíces, quienes deseen vivir en Mocolí deben presupuestar la adquisición de un generador potente y una cisterna generosa, casi como si se prepararan para un apagón prolongado. La falta de agua pone en entredicho la exclusividad del sector, convirtiéndola en un "concepto decorativo" si no se logra una solución estructural por parte de las autoridades competentes.
