Panamá enfrenta un desafío en su proceso de digitalización financiera, ya que el efectivo continúa siendo el principal medio de pago en el comercio, a pesar del crecimiento sostenido de los sistemas electrónicos, según un estudio de mercado presentado por Telered, el principal procesador de pagos electrónicos del país.
El informe, elaborado por la firma Dichter & Neira, revela que si bien los sistemas electrónicos procesan 1.1 millones de transacciones diarias por un valor aproximado de $450 millones, el 48% de los pagos en comercios todavía se realiza en efectivo, incluso en establecimientos con infraestructura digital operativa.
Esta resistencia al uso de medios electrónicos no se debe a limitaciones tecnológicas, sino a hábitos arraigados y brechas en educación financiera de la población panameña. Según el estudio, el 28% de los panameños prefiere pagar en efectivo porque lo percibe como un método más rápido y que permite un mayor control del gasto, una tendencia más marcada en el interior del país.
El predominio del efectivo se observa en diversos sectores, como farmacias, donde el 50% de los clientes paga en efectivo frente a un 17% que utiliza tarjeta de débito; en supermercados, donde el 49% opta por efectivo y el 24% por débito; y en estaciones de combustible, donde el 45% paga en efectivo y solo el 19% con tarjeta. Esta tendencia se repite en restaurantes, almacenes y compras de electrodomésticos.
Desde el punto de vista económico, este comportamiento tiene implicaciones directas en la eficiencia del sistema financiero. El manejo de efectivo incrementa los costos operativos para los comercios, reduce la trazabilidad de las transacciones y limita el acceso de los consumidores al crédito formal y otros servicios financieros.
Telered destaca que la infraestructura tecnológica nacional está preparada para una mayor adopción de pagos digitales, pero el principal desafío es impulsar estrategias de educación financiera que ayuden a los consumidores a comprender los beneficios del pago electrónico y a incorporarlo de forma habitual en su vida cotidiana.
Mientras los sistemas digitales continúan moviendo cientos de millones de dólares cada día, Panamá enfrenta el reto de reducir su dependencia del efectivo y cerrar la brecha entre la capacidad tecnológica existente y los hábitos de consumo de la población.












