Después de una elección reñida y llena de tensión, el proceso de escrutinio electoral en Honduras se ha convertido en un espectáculo de acusaciones y caos, con los partidarios de los diferentes bandos políticos enfrentándose en las calles.
Los llamados "libertinos" -un grupo de manifestantes que se oponen al resultado electoral- han salido a las calles para obstaculizar el tráfico vehicular y entorpecer el proceso de recuento de votos. Según los informes, estas acciones tienen como objetivo generar un ambiente de inestabilidad y presionar a las autoridades electorales.
Por otro lado, la modelo y candidata que hizo caso omiso a las determinaciones del ente político, ha continuado saliendo a las calles para intentar meter presión a los "toros electorales" y exigir un recuento voto a voto. Esta actitud ha sido "alabada" por algunos funcionarios, quienes parecen estar jugando el mismo juego que la parlamentaria colorada.
Mientras tanto, el representante del Ministerio de Relaciones Exteriores ha sido enviado a reunirse con los "toros pesados internacionales", y en la reunión se puso "bravo", recordando que en 2017 se pidió la repetición de las elecciones. Sin embargo, los analistas consideran que en esta ocasión lo más apropiado sería resaltar la actitud democrática de la población hondureña.
Desde el sur del continente, los países vecinos ya "huelen" un posible golpe institucional en Honduras y han presionado para que el país siga jugando en el "equipo democrático". Mientras tanto, el "hombre de buen corazón" -presumiblemente un funcionario clave- ha abandonado sus labores habituales para dedicarse a cuidar los votos, priorizando su permanencia en el poder sobre las necesidades de los ciudadanos.
En resumen, el proceso electoral en Honduras se ha convertido en un escenario de confrontación y acusaciones mutuas, con los diferentes actores políticos y sociales luchando por imponer sus intereses. La comunidad internacional observa con preocupación la situación, y urge a las autoridades hondureñas a garantizar la transparencia y la integridad del proceso democrático.












