La nueva Estrategia de Seguridad Nacional del gobierno de Donald Trump ha generado alarma entre los aliados más cercanos de Estados Unidos y marca un alejamiento dramático de los principios fundamentales de la política exterior estadounidense de décadas.
El documento de 33 páginas, divulgado por el gobierno hace unos días, presenta el mundo primordialmente como un escenario económico, resaltando los acuerdos bilaterales y el nacionalismo económico por encima del multilateralismo y la promoción de la democracia.
La estrategia refleja las "cepas más ideológicas" del gobierno de Trump, comentó el corresponsal de BBC News en el Departamento de Estado, Tom Bateman, en el podcast The Global Story del Servicio Mundial de la BBC.
Ésta también tiene implicaciones para América Latina, tanto en cómo se relaciona Washington con los cada vez más numerosos gobiernos de derecha, hasta la nueva versión de la Doctrina Monroe, que reafirma a la región como el "patio trasero" de EE.UU.
Igualmente impactante es lo que el documento omite, sin casi una sola crítica hacia adversarios tradicionales como Rusia y China. En cambio, reserva el lenguaje más cargado para con Europa, lo que dio pie a la preocupación a lo largo de las capitales europeas.
Mientras que anteriores estrategias de seguridad nacional tendían a reafirmar los valores y prioridades compartidos de EE.UU. con los países europeos, este documento toma un giro diferente. Europa será "irreconocible en 20 años a menos", declara, por la acogida del continente a las instituciones multilaterales y sus políticas migratorias, que se han convertido en una influencia corruptora de la "identidad occidental".
La estrategia crudamente declara que los estados de Europa enfrentan lo que llama la "eliminación civilizacional". Los líderes europeos han quedado, por lo menos en privado, "horrorizados" por el documento, dijo al podcast nuestro corresponsal en el Departamento de Estado.
La reacción en Europa de lado y lado del espectro político no se ha hecho esperar. El diario francés de izquierda Le Monde catalogó el quiebre como un "divorcio", señalando que marca una ruptura histórica con la era posterior al final de la Segunda Guerra Mundial. Más diciente aún en términos de la prensa francesa es el comentario del diario conservador Le Figaro sobre la aparente contradicción de lo que afirma el documento sobre lo que llama la "pretensión del no intervencionismo" por un lado y, por el otro, el intervencionismo explícito en el caso de los países europeos.
La estrategia hacia Europa sería una repetición de cómo ha accionado el gobierno de Trump en relación con América Latina, opina el corresponsal de la BBC. En Argentina, por ejemplo, menciona el rescate económico que Trump aprobó para el gobierno de Javier Milei días antes de que su partido enfrentara elecciones legislativas que definirían el futuro de su proyecto político. Ese apoyo se repitió antes de las recientes elecciones en Honduras, cuando Trump indultó al expresidente Juan Orlando Hernández, que cumplía una condena de 45 años en EE.UU. por narcotráfico, al tiempo que manifestó su apoyo al candidato de derecha Nasry "Tito" Asfura.
La nueva estrategia realza al continente americano, referido como el "Hemisferio Occidental", como un principal foco de la política exterior de EE.UU. El gobierno quiere "asegurarse de que la región permanezca estable y suficientemente bien gobernada para evitar y desalentar la migración masiva hacia Estados Unidos", lee el documento.
La estrategia introduce la idea de un "corolario Trump" a la doctrina Monroe, posicionando la táctica del gobierno como una secuela a la política del presidente James Monroe en el siglo XIX afirmando la primacía de EE.UU. en el continente americano y repeliendo la interferencia de los poderes coloniales europeos.
El deterioro de las relaciones entre EE.UU. y Europa ha sido aparente durante meses. El documento parece sugerir que Europa no ha entendido las dinámicas de poder que están en juego y que Estados Unidos debe invertir energía diplomática para estabilizar la región. La Unión Europea está acusada de obstaculizar los esfuerzos de Washington por terminar la guerra en Ucrania, según el documento, y que EE.UU. debe "restablecer una estabilidad estratégica hacia Rusia", que a su vez "estabilizaría las economías europeas".
La nueva Estrategia de Seguridad Nacional ya ha reconformado los debates en Washington y a lo largo de Europa. Sus implicaciones para Ucrania, las relaciones EE.UU.-Europa y el orden global más amplio siguen desarrollándose. Pero el documento deja una cosa inequívocamente clara: el gobierno de Trump pretende redefinir las prioridades de la política exterior de EE.UU. y espera que sus aliados se adapten a esa nueva realidad.












