El gobierno de México estima que los nuevos aranceles sobre productos asiáticos solo afectarán la inflación en 0.2 puntos porcentuales y no tendrán un impacto significativo en los precios de los automóviles importados.
El secretario de Economía, Marcelo Ebrard, señaló que los aranceles son necesarios para proteger alrededor de 350 mil puestos de trabajo en sectores clave como el automotriz, textil y metalúrgico. Ebrard destacó que los aranceles buscan corregir distorsiones por la entrada de productos a precios por debajo de los internacionales, lo que genera competencia desleal.
Por su parte, la presidenta Claudia Sheinbaum reiteró que la medida no generará presiones inflacionarias en alimentos ni en muchos otros productos, ya que en varios casos se mantuvo el arancel previo. El objetivo, explicó, es no perder empleos y, por el contrario, aumentar plazas a través de la inversión pública y privada.
Sin embargo, algunos expertos advierten que los aranceles tendrán efectos mixtos para la economía. Según analistas, podrían generar presiones inflacionarias, especialmente en productos intermedios, y llevar al Banco de México a ser más cauteloso en su ciclo de recortes de tasas.
Kimberley Sperrfechter, de Capital Economics, señaló que los aranceles más altos elevarían la inflación interna, lo que podría hacer que el banco central sea más prudente en su política monetaria. Analistas de BBVA México también prevén un aumento adicional de la inflación en el primer trimestre del próximo año, aunque consideran que será transitorio.
Julio Ruíz, economista en jefe de Citi México, advirtió que el encarecimiento de productos intermedios podría afectar la producción de insumos y productos finales. Además, junto a otros factores como el alza del salario mínimo, los aranceles presionarían la inflación de servicios.
A pesar de las advertencias, el gobierno confía en que los aranceles no tendrán un impacto significativo en la inflación y generarán una recaudación de alrededor de 30 mil millones de pesos anuales.
