El ataque terrorista que sacudió la icónica playa de Bondi en Sídney, Australia, el domingo por la tarde, ha dejado al menos 16 muertos y más de 40 heridos. El incidente ocurrió durante una celebración de Janucá en el parque Archer, junto a la popular playa, cuando dos hombres armados con rifles abrieron fuego contra la multitud.
Según las autoridades, uno de los atacantes, de 50 años, murió tras ser abatido por la policía, mientras que el segundo, de 24 años, se encuentra hospitalizado en estado crítico. El primer ministro australiano, Anthony Albanese, calificó el ataque como "un acto de terrorismo y antisemitismo" que "ha golpeado el corazón de nuestra nación".
La playa de Bondi, normalmente abarrotada de surfistas y turistas, presentaba este lunes una imagen inusual: casi vacía y en silencio, con flores, velas y mensajes de duelo por las víctimas. Entre ellas se encontraban personas de entre 10 y 87 años, incluyendo una niña de 10 años.
"Bondi es un lugar donde todo el mundo se siente muy seguro y esto es algo totalmente inusual", declaró Luke Nelson, un residente de la zona. Por su parte, Jessica Santos, nacida en Israel y criada en Australia, se mostró "devastada, entumecida y asqueada" por lo ocurrido.
Las autoridades han activado poderes especiales para evitar nuevas amenazas y mantienen un amplio despliegue policial en la zona. La investigación está en manos del Equipo Conjunto de Lucha contra el Terrorismo.
Este ataque ha conmocionado a la comunidad australiana, que se enorgullece de sus bajos índices de criminalidad y violencia armada. Bondi, en particular, es uno de los barrios con mayor presencia de la comunidad judía del país, y este incidente ha sido calificado como el primer ataque mortal contra este grupo en Australia.
