El Gobierno del presidente Javier Milei anunció la concesión del predio de Tecnópolis en Villa Martelli, uno de los emblemas de la gestión kirchnerista, a través de una licitación pública por 25 años. Esta medida forma parte del plan de reformas económicas del Ejecutivo, con el objetivo de reducir el gasto público y cubrir deudas históricas acumuladas superiores a $4.813 millones.
La decisión ha generado críticas de sectores kirchneristas y progresistas, quienes argumentan que limita el acceso gratuito a la cultura y la ciencia, transformando un espacio popular en un proyecto inmobiliario o comercial elitista. Además, cuestionan el impacto que tendrá en las familias de bajos recursos, que dependían de la entrada gratuita a Tecnópolis en vacaciones.
Sin embargo, el Gobierno justifica la medida señalando que Tecnópolis acumulaba una deuda real superior a los $4.813 millones, contaba con equipamiento faltante por $554 millones y requería un mantenimiento permanente financiado exclusivamente por el Estado. Así, la licitación a privados permitirá profundizar la transformación de este espacio, pasando a funcionar bajo un esquema de inversión privada.
Pero la reforma del sector cultural no se detiene allí. El presidente Milei también impulsó el Decreto 345/2025, que centraliza varias entidades bajo la Secretaría de Cultura, busca eliminar duplicidades en la gestión de instituciones públicas y optimizar el uso de los recursos disponibles. Esto ha implicado la disolución de 12 institutos históricos, la reorganización del Museo Nacional de Bellas Artes y la transferencia de patrimonios a la Agencia de Administración de Bienes del Estado (AABE).
Estas medidas han permitido recortar un 40% del presupuesto cultural inicial, con el objetivo de priorizar la eficiencia administrativa y reducir el gasto público. Sin embargo, no han estado exentas de críticas, como la advertencia del diputado Fernando Espinoza sobre los recortes en Ciencia y Tecnología: "Sin ciencia y tecnología no hay futuro".
En resumen, la concesión de Tecnópolis a privados y la profunda reforma del sector cultural forman parte de la estrategia del Gobierno de Milei para optimizar las finanzas públicas y reducir el gasto, generando un intenso debate sobre el impacto en el acceso a la cultura y la ciencia.












