La Universidad Complutense de Madrid, la institución académica más grande de España, se encuentra en una grave crisis económica que amenaza con deteriorar seriamente su funcionamiento y calidad educativa. Pese a ser una de las universidades públicas más prestigiosas del país, con cinco premios Nobel entre sus egresados, la Complutense agoniza por la falta crónica de financiación.
El presupuesto de la universidad ascendió en 2025 a 632 millones de euros, de los cuales solo 412 millones provinieron de la Comunidad de Madrid, su principal fuente de financiación. El resto tuvo que ser cubierto con matrículas, fondos estatales y europeos, así como con los recursos propios que genera el centro. Sin embargo, la inversión de la Comunidad de Madrid ha subido apenas un 5% en 15 años, mientras que la inflación ha alcanzado el 44%, provocando un agujero económico cada vez más difícil de cubrir.
Ante esta situación, la Complutense se ha visto obligada a implementar un "draconiano plan de ajuste" que implica recortes del 35% en prácticamente todos los ámbitos, exceptuando los salarios. Esto se traduce en una degradación paulatina de las instalaciones y servicios, que van desde la biblioteca con goteras hasta la falta de materiales en facultades como Bellas Artes o Medicina.
"Estamos al límite, en la cuerda floja. Cada día pienso que si se nos rompe un aparato importante del laboratorio, por ejemplo, no vamos a poder reponerlo", advierte Ángel Gómez Nicola, decano de la facultad de Físicas. La escasez de fondos también ha llevado a la infrautilización de elementos destacados, como el laboratorio de Seguridad Biológica de Químicas, paralizado desde hace dos años por falta de personal técnico.
A pesar de estos recortes, la Complutense ha logrado mantener su posición en el ranking de Shanghái, ubicándose en la quinta posición entre las universidades españolas y entre las 300 y 400 mejores del mundo. Esto se debe, en gran medida, al compromiso y esfuerzo del personal docente, que ha logrado defender más de 800 tesis doctorales durante el curso 2024-2025, superando a todas las universidades privadas de España.
Sin embargo, la situación es insostenible a largo plazo, y los profesores y alumnos temen por el futuro de esta institución emblemática. "Si recortan cursos, los de horario de tarde por ejemplo, que es cuando van los que tienen que trabajar por la mañana, cercenarán la posibilidad de que esos alumnos puedan estudiar. Y la universidad irá perdiendo su capacidad para impulsar el ascensor social", advierte María José Díaz, profesora de la facultad de Económicas.
Mientras tanto, la Comunidad de Madrid ha seguido impulsando la creación de universidades privadas, lo que ha generado preocupación entre la comunidad universitaria de la Complutense, que teme por la equidad y accesibilidad de la educación superior en la región.
