Más de 20 años después de su creación, SpaceX, la empresa espacial de Elon Musk, se prepara para dar el salto a la bolsa en lo que podría convertirse en la mayor oferta pública inicial (OPI) de la historia. Esta operación, que podría materializarse ya el próximo año, fascina al mundo y plantea importantes interrogantes sobre el futuro de la compañía.
La salida a bolsa de SpaceX llega en un momento de auge del sector espacial, que se espera que triplique su tamaño de aquí a 2035, según estimaciones de la consultora McKinsey y el Foro Económico Mundial. La empresa de Musk, que domina el mercado de lanzamientos con sus cohetes reutilizables y posee la mayor constelación de satélites a través de Starlink, se perfila como una de las principales protagonistas de esta expansión.
La OPI de SpaceX podría superar los 30.000 millones de dólares, una cifra sin precedentes que elevaría la valoración total de la compañía hasta 1,5 billones de dólares. Esto permitiría a Musk y a los actuales accionistas, que incluyen a gigantes como Alphabet (matriz de Google), embolsarse importantes plusvalías. Además, la entrada en bolsa atraería a una base de inversores más diversa, incluyendo a particulares.
Sin embargo, este salto a los mercados públicos también plantea algunos desafíos para SpaceX. La necesidad de rendir cuentas y mostrar mayor transparencia, especialmente en lo relativo a los ingresos, podría frenar la estrategia de asunción de riesgos que ha caracterizado a la empresa hasta ahora. Algunos expertos temen que SpaceX pueda convertirse en "una empresa aeroespacial como todas las demás", priorizando desarrollos tecnológicos más tradicionales y alejándose de su enfoque disruptivo.
Por otro lado, la inyección de liquidez que supondría la OPI podría acelerar la materialización de la ambición personal de Elon Musk de colonizar Marte, uno de los objetivos centrales de SpaceX. La empresa está desarrollando el cohete Starship, el más grande jamás concebido para viajes a la Luna y Marte, y también quiere construir centros de datos dedicados a la inteligencia artificial en el espacio.
En definitiva, la salida a bolsa de SpaceX se perfila como un hito histórico en el sector espacial, con importantes oportunidades pero también desafíos que deberán ser gestionados con cautela por la compañía y su visionario fundador, Elon Musk.











