En un discurso marcado por la franqueza y la responsabilidad, el gobernador de Chubut, Ignacio Torres, ofreció un análisis crítico de la situación económica actual y el rol que deben asumir los dirigentes políticos. Lejos de los discursos celebratorios, el mandatario centró su alocución en la necesidad de gestionar con seriedad en contextos adversos, diferenciando la tarea actual de los momentos de "bonanza financiera" que vivió la región en el pasado.
Torres reconoció que "es muy fácil conducir un municipio, una provincia, un gremio en épocas de bonanza, con un barril arriba de 100 dólares". Sin embargo, contrastó esa imagen con la realidad actual del mercado energético, donde los commodities fluctúan y los precios internacionales no garantizan la estabilidad de las cuentas públicas.
El gobernador describió el escenario presente como un "momento crítico económicamente", caracterizado por un barril con valores que rozan lo negativo en términos de rentabilidad real y un contexto de "profunda recesión". Advirtió que esta coyuntura impacta de manera directa en las arcas provinciales y municipales, y consecuentemente, en el bolsillo de todos los comodorenses y chubutenses.
Uno de los pasajes más contundentes del discurso apuntó a las decisiones políticas tomadas en años anteriores desde el mismo escenario. Torres recordó manifestaciones pasadas en las que se celebraron medidas que, a su juicio, tuvieron un costo altísimo para la provincia. En particular, hizo referencia a la política del "precio sostén" del barril de petróleo, una medida que en su momento se presentó como un beneficio para el consumo interno pero que implicó una pérdida de recursos genuinos para Chubut.
"Cuando en este mismo lugar se hablaba: 'Ahora los argentinos vamos a pagar más barato el combustible apelando al precio sostén', un barril que nos costó a los chubutenses miles de millones de dólares. Y todos aplaudían", rememoró el gobernador, calificando aquellas acciones como una "mirada cortoplacista" que la provincia no puede permitirse repetir.
En sintonía con el discurso del intendente Othar Macharashvili, Torres hizo un llamado a dejar de lado las diferencias partidarias y apostar por la unidad. Criticó duramente a aquellos sectores que apuestan al fracaso de las nuevas iniciativas energéticas, como la exploración no convencional, solo para obtener un rédito electoral.
"Yo escucho declaraciones que muchas veces parecen más una expresión de deseo de que lo no convencional sea un fracaso para que al intendente le vaya mal, para que al gobernador le vaya mal", lamentó el mandatario, instando a la clase dirigente a abandonar las "posturas mezquinas" que suelen aflorar en las épocas difíciles.
Como ejemplo de los frutos de la unidad, Torres destacó la eliminación de las retenciones a las exportaciones para la cuenca, aclarando que no se trató de un beneficio otorgado unilateralmente por el Gobierno Nacional, sino de un "planteo de más de un año" realizado con "inteligencia y vehemencia".
Hacia el final de su intervención, el gobernador realizó anuncios concretos sobre obras de infraestructura vitales para la región, como la adjudicación del astillero de Comodoro Rivadavia y la confirmación de avances para la obra del acueducto, una deuda histórica con la ciudad. Torres contrastó la gestión actual con la época de bonanza petrolera, asegurando que "cuando teníamos el barril arriba de 100 dólares, Comodoro tenía problemas de agua. Y cuando tenemos una recesión, Comodoro va a hacer la obra histórica que necesita".
Para cerrar, el mandatario se dirigió directamente al intendente Macharashvili, reafirmando su compromiso de gobernabilidad más allá de los colores partidarios. "A mí la historia no me va a poner del lado del problema. A mí la historia me va a poner, en un momento crítico, del lado de la solución", concluyó, convocando a todos los sectores a discutir y poner el bienestar de la gente por encima de cualquier diferencia.









