El presidente argentino, Javier Milei, inicia este miércoles la segunda mitad de su mandato con mayor representación en el Congreso tras las elecciones legislativas de octubre, aunque obligado a negociar para aprobar polémicas reformas.
La nueva composición legislativa, con un oficialismo que casi triplica sus bancas, coincide con el llamado a sesiones extraordinarias hasta fin de año, en las que el gobierno buscará aprobar el presupuesto 2026 y avanzar con reformas en lo laboral, penal y fiscal.
La victoria de su partido La Libertad Avanza en las legislativas de octubre, facilitada por un salvavidas millonario de su aliado y par estadounidense Donald Trump, reforzó la gobernabilidad del presidente ultraliberal, aunque sigue sin tener las mayorías.
Para llevar a cabo sus reformas, Milei deberá moderar su genio indómito, reprimir insultos a opositores y cultivar un perfil negociador que fomente alianzas con los gobernadores, ávidos de fondos tras dos años de austeridad.
En el plano fiscal, el gobierno impulsa una ley de "principio de inocencia tributaria", que eleva los umbrales que definen la evasión y acorta su período de prescripción, y otra que prohíbe presupuestos deficitarios. También pretende endurecer el Código Penal frente al delito y la protesta, y reformar la ley laboral para flexibilizar las modalidades de contratación, redefinir el cálculo de indemnizaciones y cambiar el sistema de convenios colectivos.
Estas iniciativas ya han cosechado el rechazo de las centrales sindicales y organizaciones ambientalistas, que anticipan resistencia a cualquier flexibilización de los actuales límites, como la modificación de la ley de glaciares que propone Milei.
El presidente, que asumió el 10 de diciembre de 2023, no celebra en casa el aniversario: se encuentra en Oslo para asistir a la entrega del premio Nobel de la Paz a la opositora venezolana María Corina Machado.
Según expertos consultados, la senda para avanzar en algunas de las reformas está "bastante allanada" gracias a la disposición de gobernadores de la oposición para llegar a acuerdos. Sin embargo, advierten que la fortaleza política de Milei es frágil, ya que depende de la estabilidad económica, a su vez atada a las señales de apoyo de Estados Unidos.
Con una economía exhausta, pérdida de empleos, un tejido industrial golpeado y una inflación que encadena tres meses por encima del 2% mensual, el horizonte sigue siendo un nudo en la garganta para Argentina.











