La Federación Cubana de Béisbol y Softbol (FCBS) ha impuesto un controvertido contrato a los jugadores juveniles en la isla, mediante el cual se adjudica los derechos sobre toda la carrera del atleta.
Según el documento publicado por el sitio Pelota Cubana USA, la FCBS puede cobrar hasta 10 millones de dólares en concepto de "derechos de formación" si el jugador decide salirse del acuerdo y buscar su camino por su cuenta en el futuro.
En la primera cláusula, la Federación asegura destinar "cuantiosos recursos económicos, educativos y humanos a la formación de miles de deportistas en Cuba desde edades tempranas". Sin embargo, en las condiciones actuales de la isla, el progreso de los atletas depende más de los esfuerzos personales y el apoyo financiero de familiares en el extranjero.
El contrato obliga a los padres o tutores a reconocer que, gracias a esos supuestos esfuerzos de la FCBS, "el atleta en formación ha accedido y accede a entrenadores y entrenamientos de alto nivel". En consecuencia, los firmantes declaran que la Federación es "titular de los derechos de formación del atleta en formación durante toda su carrera hasta la fecha, valorados en diez millones de dólares".
Además, el acuerdo vincula esos derechos de formación con la proyección internacional del deportista. Es decir, los representantes legales del pelotero reconocen a la Federación como su agente exclusivo si este se inserta o pretende insertarse en cualquier liga profesional de béisbol en el mundo.
La cláusula IV define las consecuencias de que el pelotero corte la relación sin consentimiento de la Federación. En tal caso, la FCBS "podrá exigir a los representantes legales del atleta, o al atleta en formación una vez alcanzada la mayoría de edad, la indemnización por los derechos de formación".
Este controvertido contrato ha generado gran preocupación entre los expertos y aficionados al béisbol cubano, quienes consideran que limita seriamente las oportunidades de desarrollo y proyección internacional de los jóvenes talentos de la isla.
