La violencia vuelve a sacudir al sistema penitenciario ecuatoriano. Apenas tres semanas después de la última masacre registrada en la cárcel de Machala, un nuevo episodio violento estremeció al Centro de Privación de Libertad No. 1 El Oro, dejando un saldo de nueve internos fallecidos.
El incidente se desató el domingo 7 de diciembre, cuando una detonación en los alrededores del penal activó un operativo policial. Según testigos, un individuo dejó un objeto sospechoso en la intersección de las calles San Martín y Juan Montalvo, a pocos metros del centro carcelario. Segundos después, el artefacto explotó, generando una gran alarma en la zona y obligando al cierre de los accesos al recinto.
Tras la explosión, unidades especializadas de la Policía Nacional levantaron indicios del ataque, incluido un panfleto con una amenaza dirigida al director del centro penitenciario. Mientras se investigaba el perímetro, los agentes realizaron una intervención interna para descartar riesgos adicionales, momento en el que hallaron los cuerpos de nueve reclusos en un área de la primera planta.
De acuerdo a la información preliminar, siete de los fallecidos han sido identificados: Ney José Ortiz Mendieta (28), Freddy Duval Morocho Chillogallo (20), Michael Ramiro Segura Chinchande (19), Luis Alberto Beltrán Salinas (31), Axel Josué Estrella Beltrán (23), Ronald Rodrigo Mendieta Oleas (21) y Yandry Fabián Zambrano Vélez (26).
Una fuente policial señaló que el atentado con explosivos podría estar vinculado directamente con los hechos ocurridos dentro del penal, y que el panfleto encontrado en el lugar forma parte de la línea investigativa que busca determinar si se trató de una acción coordinada con fines intimidatorios o de desestabilización del sistema penitenciario.
El Servicio Nacional de Atención Integral a Personas Privadas de la Libertad y Adolescentes Infractores (SNAI) confirmó que la Policía Nacional continúa operando dentro del CPL El Oro y que el equipo técnico trabaja en la verificación de identidades y en los protocolos correspondientes. La institución indicó que proporcionará más información cuando los datos estén completamente validados.
Esta nueva masacre en una cárcel ecuatoriana se produce en medio de una grave crisis carcelaria que ha dejado cientos de muertos en los últimos años. Las constantes riñas entre bandas rivales, los motines y los ataques con armas de fuego y explosivos han convertido a los penales del país andino en auténticos campos de batalla.
Lamentablemente, las autoridades no han logrado frenar esta espiral de violencia que amenaza la seguridad de los internos y del personal penitenciario. Urgen soluciones integrales que aborden los problemas de hacinamiento, falta de control y presencia del crimen organizado dentro de las cárceles.
