Un equipo de investigadores del MIT ha desarrollado un revolucionario escáner portátil que permite medir los niveles de glucosa en la sangre de manera no invasiva, sin necesidad de usar agujas o sensores implantados bajo la piel.
El dispositivo, que cabe en una caja de zapatos, utiliza espectroscopía Raman, una técnica óptica que analiza cómo la luz se dispersa al atravesar la piel. A partir de esta información, el sistema identifica las señales químicas asociadas a la glucosa con una precisión comparable a la de los sensores comerciales actuales.
En las pruebas realizadas con voluntarios sanos en el Centro de Investigación Clínica Traslacional del MIT, los resultados del nuevo escáner coincidieron con los de dos monitores invasivos convencionales. Cada lectura tomó apenas 30 segundos, con mediciones repetidas cada cinco minutos.
"Este sistema evita los problemas de los métodos actuales, que requieren agujas o implantes bajo la piel", explica Jeon Woong Kang, investigador principal del proyecto. "Nuestra tecnología utiliza únicamente luz cercana al infrarrojo para realizar la medición de manera rápida y precisa".
El equipo, liderado también por la científica Arianna Bresci, logró reducir drásticamente el tamaño del sistema original, que ocupaba el espacio de una impresora de escritorio. Al centrarse en solo tres bandas espectrales clave, en lugar de las más de 1.000 habituales, pudieron abaratar costes y compactar el hardware.
Actualmente, los investigadores ya están probando una versión del tamaño de un teléfono móvil, que puede colocarse sobre el antebrazo y realizar mediciones continuas. También trabajan en un prototipo aún más pequeño, similar a un reloj inteligente, con el objetivo de ofrecer una lectura en tiempo real sin molestias.
"Hoy, la mayoría de pacientes mide su glucosa mediante punción en el dedo o con sensores que se insertan bajo la piel. Nuestro sistema evita ambos problemas", destaca Kang.
Los ensayos iniciales, realizados mientras los voluntarios consumían bebidas con glucosa, mostraron una correlación directa entre los cambios en la concentración de azúcar y las señales ópticas detectadas. Según los científicos, la precisión del dispositivo es comparable a los mejores medidores invasivos del mercado.
El equipo planea iniciar en 2026 un ensayo clínico ampliado con pacientes diabéticos, en colaboración con un hospital local. También trabajan en mejorar la fiabilidad del sistema en diferentes tonos y tipos de piel, una de las principales limitaciones de los métodos ópticos.
Además de la diabetes, los investigadores creen que esta tecnología podría aplicarse al seguimiento de otros biomarcadores, como el colesterol o el lactato, mediante simples ajustes en la calibración. En el futuro, podría integrarse en dispositivos portátiles inteligentes, como pulseras o relojes, capaces de ofrecer un seguimiento completo del metabolismo sin agujas, sin dolor y en tiempo real.











