Costa Rica despide el 2025 con un balance positivo de los logros alcanzados durante el año, pero con la mirada puesta en los desafíos que se avecinan en el 2026. El país centroamericano ha experimentado avances significativos en diversos ámbitos, desde la economía hasta la sostenibilidad ambiental. Sin embargo, los costarricenses saben que deben mantenerse atentos y preparados para enfrentar los retos que se presentarán en el próximo año.
Durante el 2025, Costa Rica logró consolidar su posición como un líder regional en la transición hacia energías limpias. La meta de alcanzar la carbono neutralidad para el 2030 se ha visto reforzada por la inauguración de nuevas plantas de energía renovable, así como por la implementación de políticas gubernamentales que incentivan la adopción de tecnologías verdes en los sectores público y privado. Esto ha posicionado al país como un modelo a seguir en la lucha contra el cambio climático.
En el ámbito económico, Costa Rica ha logrado mantener un crecimiento sostenido, impulsado por la diversificación de su matriz productiva y la atracción de inversiones extranjeras en sectores de alto valor agregado, como la tecnología y los servicios. La estabilidad macroeconómica y la implementación de reformas estructurales han sido claves para este desempeño, aunque los costarricenses son conscientes de que aún queda trabajo por hacer para reducir las desigualdades y mejorar la calidad de vida de todos los ciudadanos.
En el ámbito social, el país ha dado pasos importantes en la ampliación de la cobertura y la calidad de los servicios públicos, con especial énfasis en la salud y la educación. La pandemia de COVID-19 puso a prueba la resiliencia del sistema de salud costarricense, que logró adaptarse y fortalecer su capacidad de respuesta. Asimismo, se han implementado programas de apoyo a los sectores más vulnerables de la población, con el objetivo de garantizar una red de protección social sólida.
Sin embargo, los costarricenses saben que el 2026 traerá nuevos desafíos. La incertidumbre económica global, la presión migratoria y los efectos del cambio climático son algunas de las principales preocupaciones que se vislumbran en el horizonte. Por ello, el gobierno y la sociedad civil se encuentran trabajando de manera coordinada para diseñar e implementar estrategias que les permitan enfrentar estos retos de manera proactiva y efectiva.
En resumen, Costa Rica se despide del 2025 con un balance positivo, pero con la mirada puesta en los desafíos que se avecinan en el 2026. El país centroamericano se ha consolidado como un referente regional en materia de sostenibilidad, desarrollo económico y bienestar social, y se prepara para afrontar los nuevos retos con la misma determinación y resiliencia que lo han caracterizado a lo largo de su historia.
