Rodulfo Vaillant García, reconocido compositor cubano, ha tenido una vida marcada por dos de las pasiones más arraigadas en la cultura de la isla: la música y el béisbol. Nacido en un hogar de músicos, Vaillant se formó desde temprana edad como trompetista y comenzó a destacar en el mundo de la composición, llegando a ser considerado uno de los creadores del género bailable más popular de Cuba.
Sin embargo, su vínculo con el béisbol es igual de fuerte. Desde niño, Vaillant acompañaba a su padre Idolomiro, dueño del equipo El Central, a los partidos de la liga profesional de la época. Allí, tuvo la oportunidad de conocer y convivir con grandes figuras del deporte como Avelino Cañizares, Gilberto "El Chino" Valdivia y Francisco "Cuco" Correa, quienes lo acogieron con cariño.
"Niño al fin, me elogiaban y me daban cariño. ¿Quién iba a pensar que ese deporte se convertiría en una pasión?", recuerda Vaillant sobre esos primeros encuentros con el béisbol. A pesar de que su inspiración creativa nunca se ha visto directamente influenciada por el deporte, el compositor asegura que "a lo mejor antes de morirme saque algo" relacionado con su otra gran pasión.
Tras el triunfo de la Revolución, Vaillant mantuvo su vínculo con el béisbol, siguiendo de cerca a los equipos de Oriente, Mineros, Serranos y Santiago, "fiel a la pasión que mi padre me inculcó". Recientemente, tuvo la oportunidad de participar en el evento "Identidad, Sociedad, Cultura. La historia compartida del béisbol en Cuba, el Caribe y Estados Unidos", donde abogó por la necesidad de fortalecer y visibilizar aún más la relación entre este deporte y las demás manifestaciones culturales del país.
Con una mano sosteniendo un instrumento musical y la otra mostrando una pelota, Rodulfo Vaillant encarna la perfecta síntesis entre dos de los elementos más representativos de la identidad cubana: la música y el béisbol, dos pasiones que han marcado indeleblemente su trayectoria y su legado.
