Brigitte Bardot, considerada por muchos la mujer más sensual del siglo XX y un ícono indiscutible del cine francés, falleció este domingo 28 de diciembre a los 91 años en su casa del sur de Francia. La actriz, amada y odiada por su carácter controversial y sus opiniones cercanas a la extrema derecha, dejó una huella imborrable en la historia del séptimo arte.
Bardot, quien saltó a la fama en 1956 con la película "Y Dios creó a la mujer", apareció en unas 50 cintas a lo largo de su carrera, convirtiéndose en un símbolo sexual y de la moda. Sin embargo, en 1973 decidió dejar el cine para dedicarse de lleno a la lucha por los derechos de los animales, una causa que la apasionaba.
La muerte de la legendaria actriz francesa ha generado reacciones encontradas entre los políticos de su país. Mientras que el presidente Emmanuel Macron la elogió como una "leyenda" del cine del siglo XX, figuras de la extrema derecha como Marine Le Pen la calificaron de "increíblemente francesa: libre, indomable, íntegra".
Por el contrario, pocos políticos de izquierda se han pronunciado sobre el fallecimiento de Bardot, quien apoyó a Le Pen en las elecciones presidenciales de 2012 y 2017. La diputada ecologista Sandrine Rousseau incluso ironizó sobre su "cinismo" al conmoverse por el destino de los delfines, pero permanecer indiferente ante la muerte de los migrantes en el Mediterráneo.
Bardot, nacida en París en 1934, se casó cuatro veces y tuvo un hijo. Tras abandonar el cine, se retiró a su casa de Saint-Tropez para dedicarse a la defensa de los animales, una causa que consideraba la única que realmente le importaba. Según sus deseos, será enterrada en el cementerio marino de esa ciudad, frente al Mediterráneo, donde descansan sus padres.











